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Cada 24 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de María Auxiliadora, virgen conocida por brindar “Auxilio de los Cristianos”.

Como fiesta se celebra desde que el Papa Pío VII lo estableció desde 1814, cuando regresó a Roma tras haber permanecido durante cinco años prisionero de Napoleón Bonaparte.

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María Auxiliadora escucha las súplicas de sus fieles en casos difíciles, urgentes y desesperados. Pero también nos acompaña en las luchas cotidianas y brinda bendición en el día a día.

Oraciones para pedirle a María Auxiliadora

Bendición de María Auxiliadora

Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Que hizo el cielo y la tierra.

(rezar un Ave María)

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desoigas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.

María Auxilio de los cristianos.
Ruega por nosotros.
Señor, escucha nuestra oración,
Y llegue a ti nuestro clamor.

Oremos:

Dios todopoderoso y eterno, que con la ayuda
del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de María, la Virgen Madre,
pare ser digna morada de tu Hijo, al recordarla con alegría,
líbranos por su intercesión de los males presentes y de la muerte eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
Amén.

Clásica oración a María Auxiliadora para casos urgentes

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro auxilio,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a ti yo también acudo,
¡Oh Madre! ¡Oh Virgen poderosa!,
y afligido por el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.

¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis súplicas,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente.
Amén.

Oración para pedir protección a la familia

Virgen María Auxiliadora
Que tu Bendición santísima permanezca en mí noche y día,
en la alegría y en la tristeza, en el trabajo y en el descanso,
en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte y durante la eternidad.

Oh Bendición de María Auxiliadora, dichoso quien te la pide, recibe y guarda, y después de obtenerla aquí en la tierra la lleve a su último suspiro como prenda de vida eterna.
Nuestro Auxilio esta en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Virgencita María Auxiliadora, Acompáñame en mis viajes, en mis trabajos,
y protégeme de males y enfermedades.

María Auxiliadora, dame tu santísima bendición Tú y Tu Santo Hijo,
para mí y para cada uno de mis familiares, en este día y todos los días de mi vida,
Amén.

Oración de súplica a María Auxiliadora para casos desesperados

Santísima Virgen, Madre de Dios,
yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies
en presencia de Dios omnipotente
os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos.
A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús.

Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la auxiliadora del pueblo cristiano.

Oh María, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.

(decir la petición)

Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa.
Sé bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder.
Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor.
Amén.

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Oración larga a María Auxiliadora

Santísima Virgen María Auxilio de los Cristianos,
refugio de los desamparados y afligidos,
Hija predilecta del Eterno Padre,
Esposa amorosa del Espíritu Santo,
Madre beatísima del Verbo Encarnado,
te agradecemos las innumerables gracias y beneficios
que Dios nos ha otorgado por tu poderosa intercesión,
de la nada hemos sido llamados a la vida,
nacimos en un hogar cristiano
donde aprendimos a pronunciar tu dulce nombre.

Hemos sido sostenidos en la existencia
hasta el día de hoy y conservamos la fe.
Nos hemos sentido amados por Dios
y perdonados una y mil veces.

Hemos experimentado tu protección y amparo
y no dudamos en llamarte Auxiliadora y Madre nuestra.
Todas nuestras palabras, todos nuestros actos
son pocos ante la magnitud de la Gracia Divina;
se tú nuestra representante ante Dios,
nadie mejor que tú para entendernos
y presentar nuestra gratitud al Autor de todo bien,
a quien sea dado todo el honor, el poder y la gloria,
ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amén.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com