El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, negó la compra de vacunas chinas con fines experimentales, justamente el mismo día ocurre el fallecimiento de un brasileño que probó la vacuna de AstraZeneca.
En su negativa aseguró que “El pueblo brasileño no será el conejillo de indias de nadie”. Sin embargo, previamente el país habría comprado en junio 100 millones de dosis de la vacuna de la Universidad de Oxford y la compañía farmacéutica AstraZeneca.
En esta ocasión Bolsonaro rechazó la compra de 46 millones de dosis de CoronaVac. Esta posible vacuna es desarrollada por la farmacéutica china Sinovac, pero aún no termina su fase de prueba, como requiere todo posible medicamento.
Mi decisión es no comprar una vacuna de este tipo”, dijo el mandatario.
Diferencias internas en la compra de vacunas chinas
La propuesta del ministro de Salud, Eduardo Pazuello, era probar la vacuna china en el estado de Sao Paulo. El ministro anunció la compra el martes junto con el gobernador de Sao Paulo, João Doria, adversario de Bolsonaro, cuyo gobierno estatal participa en el desarrollo de la vacuna.
Bolsonaro y Doria no se han puesto de acuerdo con la postura respecto a las medidas de prevención de COVID-19. El gobernador de Sao Paulo ha considerado las ideas de los los expertos en salud pública, pero el presidente las criticó. PAra Bolsonaro las consecuencias económicas podrían matar más que la propia enfermedad.
La adquisición de las vacunas chinas se estimó en un costo de 360 millones de dólares.
Brasil acumula más de 153,000 muertes por COVID-19 —sólo superado por Estados Unidos— y 5,2 millones de contagios confirmados, el tercer sitio del mundo, detrás de Estados Unidos e India.
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