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La comunidad latina está viviendo momentos de mucha tensión con las nuevas políticas migratorias. La complejidad de la inmigración va más allá de ser un asunto político-social. La salud emocional, la seguridad económica y educativa de la familia son afectadas cuando no hay una estabilidad migratoria. Esta situación puede agravarse cuando distintos miembros de la familia tienen un diferente estatus migratorio. Por ejemplo, cuando tenemos padres y/o madres que no tienen documentos para estar en el país, pero los hijos/as son ciudadanos americanos porque nacieron en los Estados Unidos. También hay casos en los que algunos de los hijos/as están indocumentados y otros tienen la ciudadanía americana.

Estatus migratorio: ¿Cómo se afecta la familia ante estas realidades?

Los hijos pueden experimentar sentimientos de ansiedad y depresión ante el miedo de quedar solos si sus figuras parentales son deportadas. También pueden experimentar burlas o “bullying” de otros compañeros de la escuela.

Las figuras parentales pueden sentir ansiedad ante la posibilidad de que sus hijos se queden solos o que sean enviados a hogares sustitutos, en el caso de que les falten. Las figuras parentales también sienten la preocupación de cómo enfrentarán los gastos económicos si la persona que es el sustento del hogar es deportada.

¿Cómo podemos manejar esta situación?

Es importante hacer un plan de emergencia con todos los miembros de la familia. Debemos hablar con nuestros hijos/as sobre la situación migratoria y compartir información que sea adecuada para la edad de cada uno de los hijos. Algunas recomendaciones específicas son:

  • Identificar a un adulto de confianza que pudiera ser responsable de los hijos/as en caso de que las figuras parentales sean deportadas. Es importante darles autoridad por medio de una carta.
  • No ocultar información a sus hijos/as sobre su estatus migratorio. Algunas figuras parentales sienten miedo de dejarles saber a sus hijos/as que están en Estados Unidos de forma indocumentada. Esta decisión puede producir mucho coraje y desilusión, especialmente cuando tienen metas profesionales, desean tener una licencia de conducir, etc. y se enfrentan a unas limitaciones que nunca pensaron que tendrían.
  • La situación migratoria no debe ser el tema diario en la dinámica familiar, ya que puede producir más angustia y ansiedad de la necesaria.
  • Buscar orientación legal con un abogado con experiencia en asuntos de migración. Muchas veces los centros hispanos de la comunidad o las oficinas de consulados de los distintos países tienen asistencia legal o pueden referirlos al lugar más indicado.
  • Buscar ayuda profesional de un terapeuta y/o consejero familiar si siente que el estrés familiar es intenso o en caso de necesitar asistencia para hablar con sus hijos/as sobre el tema.

Recuerden que, aunque en estos momentos su situación de estatus migratorio está fuera de su control, hay cosas que se pueden hacer para aliviar la tensión que produce la inestabilidad. Es muy importante estar informados por profesionales y tomar acción sobre las cosas que están dentro de nuestro control, como las recomendaciones sugeridas anteriormente. Para más información pueden llamar al 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría