El sol agonizaba en el horizonte y a Roberto González le era cada vez más difícil la sagrada pista del Circuit de la Sarthe. En su mente solo habitaba la idea de cumplir ese inagotable sueño de triunfar en la mítica carrera de las 24 Horas de Le Mans, y por eso, aceleró tan fuerte como pudo para escapar del acecho de una marejada de fantasmas del pasado.
Apenas un año atrás se le había escurrido de entre sus manos la posibilidad de convertirse en el tercer piloto mexicano en erigirse ganador de la emblemática carrera –al igual que su hermano Ricardo González y el mitológico Pedro Rodríguez– por lo que esta vez no estaba dispuesto a permitirlo.
“Me tocó manejar en el atardecer y hay un punto en el día donde el sol está bajando y hay curvas donde no se ven nada. Tenía que adivinar, no veía nada. Luego al amanecer me tocó la misma situación en otra parte de la pista”, describe González, de 46 años de edad, a La Noticia.
“Ya en la última (vez en el auto), fue la mejor, cuando estuvimos más rápido y agresivos, fue sumamente difícil por el ingeniero que me daba mucha información de las llantas. Me traían en friega tratando de cuidar las llantas. Manejé 6:30 horas de las 24 horas”.

Histórico triunfo el Le Mans
Y fue así que, como parte del equipo Jota Sport, el mexicano salió triunfal en la categoría LMP2 luego de 369 vueltas en una de las tres carreras que conforman la Triple Corona del automovilismo: las 24 horas de Le Mans (WEC), el Gran Premio de Mónaco (F1) y las 500 millas de Indianápolis (IndyCar).
Solo posible tras exorcizar sus demonios al poder sostener el liderato al cabo de más de 23 horas al frente del pelotón junto a sus compañeros Antonio Félix da Costa y Will Steven, para así superar a Prema Orlen de Robert Kubica, Louis Deletraz y Lorenzo Colombo, segundos en la categoría LMP2.
“Fueron un momento de emociones. Primeramente, muchos nervios antes de terminar, los últimos 20 minutos de la carrera la pasé bastante mal. En ese momento te entran las dudas, si algo sale mal, si hay alguna penalidad y se nos va la carrera después de estar monitoreando más de 23 horas. Me ‘cayó el 20’ hasta que el carro cruzó la meta y ya pudimos relajarnos. Ahí entendimos que nuestro sueño se hizo realidad, que venimos luchando desde hace muchos años”, dice conmovido el latino.
“He hecho muchos sacrificios en mi carrera. Ya habíamos estado cerca en los últimos años, te imaginarás todos esos pensamientos difíciles que uno pasa y, finalmente, la satisfacción de poder decir que lo logramos. Soy el tercer mexicano en ganar esta competencia y te llena de orgullo y felicidad”.
Todo queda en familia
Anteriormente, solamente su hermano, Ricardo González, quien la ganó en el año 2013 en la misma categoría con el equipo OAK Racing al lado del belga Bertrand Baguette y el británico Martin Plowman, y Pedro Rodríguez en la edición de 1968 junto al belga Lucien Bianchi, con el que compartió el pilotaje de un Ford GT40 MkI, lo hicieron antes en representación de México.
“Mi hermano me ayudó mucho, me abrió las puertas para regresar en la carrera de México (2016). Por los resultados, tuvimos la invitación de diferentes equipos. No estuvo conmigo ahora que ganamos, fue el primero en mandarme el mensaje y me dijo ‘bienvenido al club (de él y Pedro Rodríguez)’, como únicos mexicanos ganadores de las 24 Horas. Le emocionó mucho la forma en que dominamos la carrera. Platicamos lo complejo que se vive cuando uno va de líder. Está muy orgulloso y contento”, comparte.
Pero el sueño de Roberto tardó un poco más de lo esperado en llegar a concretarse. El volante azteca comenzó desde muy joven su incursión en el mundo motor, cuando inició en los gokarts, después subió a los autos tipo fórmula y así comenzó a imaginar, como todo piloto, que llegaría a la Fórmula 1.
“En ese momento ese era el sueño”, reconoce. “Después fue llegar a la IndyCar. Era más accesible para nosotros como mexicanos. Afortunadamente se me dio ese sueño y después tuve un período largo fuera del automovilismo, dedicándome en los negocios, y fue hasta 2016, con el apoyo de mi hermano, que pude regresar y lo hice en el campeonato mundial de resistencia (WEC). Y desde ese año, la meta fue ganar Le Mans y el campeonato mundial, me falta el segundo”.

La meta, sigue
Y gracias a esta mítica victoria, actualmente su equipo va de líder en el campeonato mundial de LMP2.
“Esa es la siguiente meta y vamos a luchar fuertemente por ella. Los momentos en los que estaba a bordo del coche, cuando estaban mis compañeros, lo que yo hago es desconectarme y confiar en ellos. Sé que harán su labor y seguiremos en esa posición”, dice.
Antes de su abrupto retiro y posterior flamante regreso a las pistas en 2016, González fue testigo de épicos momentos del automovilismo mexicano en Estados Unidos, como los últimos años de Adrián Fernández, propulsor azteca en la ChampCar, junto con Michael Jourdain Jr, Mario Domínguez y Luis ‘Chapulín’ Díaz.
“Habíamos 4 o 5 mexicanos participando lo cual despertó muchísimo a la afición mexicano. Tuve bastante apoyo hasta donde se puede. Sí había muchos tips de cómo enfrentar la presión en ese campeonato. Ayuda mucho porque abrieron brecha y te van ayudando a pasar por ese aprendizaje de una manera más rápida”, remembra.
La época de oro del automovilismo mexicano
Y así, con el impulso de aquella generación que cambió el destino delas futuras generaciones de pilotos mexicanos y con su experiencia como principal aliado, González logró trascender y dejar huella en esta, la época de oro del automovilismo azteca, que el fin de semana pasado vio a Sergio ‘Checo’ Pérez subirse al segundo peldaño del podio en Bakú y a Daniel Suárez convertirse en el primer mexicano en ganar una carrera de la NASCAR Cup.
“Definitivamente se vive una época de oro en el automovilismo. Un amigo me decía que además de todo mi sacrificio, el haber ganado en esta ocasión tuvo un tema de suerte, fui muy afortunado de ganar la carrera en este momento por la inercia que trae el automovilismo mexicano a través dela victoria de Checo en Mónaco".
"Se viven muchos primeros momentos del automovilismo; siempre habíamos tenido algún representante en las diferentes categorías, pero no había muchos en diferentes categorías. Sí se vive un momento muy afortunado, el poder decir que ganamos este gran logro, pero hacerlo en este momento que la afición está mucho más despierta al automovilismo, me parece de mucha suerte”, finaliza.