Las políticas de Joe Biden continúan relajándose en torno al tema de migrantes, ahora, algunos que son perseguidos por sus gobiernos, que fueron torturados o que sufren algún ataque en su contra, pueden ser detenidos en Estados Unidos.
Estados Unidos avala detención de migrantes amenazados por persecución o tortura
Es por eso que la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que el gobierno puede detener indefinidamente a ciertos migrantes que dicen que enfrentarán persecución o tortura si son deportados a sus países de origen.
Al menos tres jueces liberales se negaron a que este decreto fluyera, el tribunal sostuvo en una votación 6-3 que los migrantes no tienen derecho a una audiencia sobre si deben ser liberados mientras el gobierno evalúa sus reclamos.
Hubo jueces en contra de este decreto que ayudará a migrantes perseguidos
El caso involucra a personas que habían sido deportadas anteriormente y, cuando fueron detenidas después de volver a ingresar ilegalmente a los Estados Unidos, afirmaron que serían perseguidas y torturadas si las regresaban a su país de origen.
Samuel Alito, juez que estuvo en la sesión escribió para el tribunal que “esos extranjeros no tienen derecho a una audiencia de fianza”.
En contraste, el juez Stephen Breyer se pronunció en contra de la propuesta inicial, al igual que otros dos.
Uno de los casos citados fue el de un hombre de nacionalidad salvadoreña quien dijo que una pandilla lo amenazó de inmediato después de ser deportado de los Estados Unidos.
Esta regla deberá respetarse a nivel nacional
Un oficial de migración determinó que los migrantes tenían un “temor razonable” por su seguridad si regresaban a sus países, poniendo en marcha un proceso de evaluación que puede llevar meses o años.
El problema radica en que si el gobierno de Estados Unidos estaba facultado para intervenir en estos casos, además de que al menos un juez de inmigración debería de hacerse cargo de este tipo de casos.
La decisión establece una regla a nivel nacional, pero que afecta a lo que los abogados de los migrantes llamaron un “subconjunto relativamente pequeño de no ciudadanos”.