Todos los políticos de Carolina del Norte de una u otra manera resaltan la importancia de una educación de calidad en nuestras escuelas públicas, pero luego de las elecciones ese tema pierde importancia, es dejado de lado, y quienes sufren las consecuencias son los maestros y las familias.
Carolina del Norte es uno de los estados donde los maestros reciben los salarios más bajos de todo el país, según un estudio del Center on Budget and Policy Priorities (CBPP) que analiza las cifras del Departamento de Educación.
¿A qué se debe esto? El mantra de algunos políticos conservadores es reducir impuestos, especialmente a corporaciones, sin importar si los sectores más vulnerables de nuestra sociedad serán impactados.
Carolina del Norte se encuentra, entre los siete estados que más redujeron los fondos para la educación y recortaron los impuestos a los ingresos, lo que ha impactado los salarios de los profesores, de acuerdo con el CBPP.
Según la organización Progress NC Action, desde el 2008el estado gastó 40 % menos en libros de texto y 44 % menos en tecnología.Además, se ubica en el lugar 43 (de 50) en monto que invierte por estudiante.
Necesitamos con urgencia inyectar fondos en la educación, en salarios dignos para nuestros maestros, en insumos e infraestructura, este no es un lujo, no es un gasto, es una vital inversión.
¿Cómo podemos atraer a nuestras escuelas a maestros altamente calificados si no les podemos brindar un salario digno? ¿Cómo podemos motivar a los jóvenes latinos a que se conviertan en maestros, haciendo poco atractiva a esta carrera?
Y lo cierto es que necesitamos maestros latinos. Pese a que la comunidad latina en Carolina del Norte creció de 75,000 personas en 1990 a más de un millón en la actualidad, los latinos están subrepresentados en el cuerpo docente de las escuelas. Estos estudiantes conforman el 17 % de los alumnos, mientras que solo el 4.9 % de los maestros son latinos.
Los desafíos están lejos de concluir en las escuelas. Como parte del presupuesto estatal del año lectivo 2017-18, estaba estipulado reducir el número de alumnos de 24 a máximo 21, desde el kinder hasta el tercer grado. Esto supone la creación de nuevas aulas, para financiar esto, las escuelas deberían eliminar las clases de artes, música y educación física, al igual que despedir a miles de maestros asistentes. Sin embargo, debido a una modificación legislativa de última hora se postergó este plan, para el próximo año escolar.
Los políticos estatales se llenan la boca hablando de que los niños son el futuro, de la importancia de la educación, pero sus hechos demuestran un sospechoso desdén por el bienestar de los maestros.
Es inevitable recordar las palabras pronunciadas en el año 2016 por Donald Trump, durante la campaña por las elecciones primarias republicanas en el estado de Nevada, cuando en medio de una estridente ovación dijo: “Amo a los pobremente educados”.Los resultados electorales demostraron que este sentimiento es mutuo.
Según la página web de análisis FiveThirtyEight, del afamado estadístico Nate Silver, el bajo nivel de estudios (no de ingresos) fue uno de los principales indicadores del apoyo electoral a Trump.
¿Será que a algunos políticos en Carolina del Norte también les conviene tener una comunidad sumida en la ignorancia?