La vitamina C es una de las más buscadas para el consumo en diversas fuentes alimenticias, ya que se relaciona con la salud inmunológica. Aunque no hay estudios que así lo comprueban sigue gozando de la creencia de su utilidad ante los resfríos.
¿Para qué sirve la vitamina C?
La función principal de la vitamina C es su participación en el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Entre sus funciones específicas están:
- Formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos.
- Sanar heridas y formar tejido cicatricial.
- Reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes.
- Ayudar a la absorción del hierro.
¿Cuánta vitamina C necesito?
De acuerdo con la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) la edad es el determinante de la cantidad de vitamina C que el organismo requiere. Los niños hasta los 13 años necesitan 45mg al día, mientras que los adolescentes y mujeres adultas requieren 75mg; pero los hombres demandan 90mg.
Las condiciones específicas también tienen importancia para la cantidad de vitamina C que se debe ingerir. Una mujer embarazada tiene que ingerir 85mg al día; mientras que si está en período de lactancia su aporte debe ser de 120mg. También, una persona que fuma debe añadir 35mg a los valores indicados.
Frutas y vegetales fuentes de vitamina C
Las frutas y verduras son las mejores fuentes de vitamina C. Vale destacar que aunque relacionamos las naranjas y el limón como los más ricos en esta vitamina, no es así. La guayaba es la fruta con mayor cantidad de ácido ascórbico: 228mg, seguida por la grosella negra 200mg, el pimiento rojo 190mg, el perejil 120mg y el kiwi 93mg.
Otras frutas ricas en vitamina C son:
- Naranjas y toronjas.
- Melón.
- Uva.
- Fresas, frambuesas, moras y arándanos.
- Papaya.
Entre las verduras, vegetales o hierbas, adicionales a los ya mencionados están:
- Repollo.
- Brócoli.
- Espinaca.
- Tomates.
- Albahaca.
En el caso de las verduras o vegetales se recomienda que el consumo sea crudo en la medida de lo posible, ya que estos alimentos reducen el componente de vitamina C al ser cocinados. Cuando sea necesaria la cocción como en el caso del brócoli, se sugiere hacerlo al vapor por el tiempo mínimo requerido.