Las calorías que se queman durante la lactancia materna no son un mito. Es una gran realidad que amamantar supone un gasto calórico similar al de una hora de ejercicio moderado-elevado.
Primero, hay que entender que una de las razones por las que las mujeres ganamos alrededor del 20% de peso en el embarazo, es porque el cuerpo se prepara para la quema energética que requiere la producción de leche.
Al ser obra de la naturaleza, así mismo se comporta la reducción de ese peso mientras se amamanta. De ahí que una mujer quema alrededor de 500 a 700 calorías durante la lactancia materna.
Esa es la razón por la que muchas madres pierden rápidamente las libras de más ganadas durante el embarazo. Eso sí, llevar una dieta saludable en este proceso hace una buena parte del trabajo.
Lactancia materna y dieta equilibrada
Dependiendo de las condiciones biológicas y hormonales de cada mujer, éstas pueden perder alrededor de una libra al mes. Este proceso se vuelve más lento en algún momento, pero, un periodo prolongado de lactación asegura -en la mayoría de los casos- que en unos 6 meses se ha vuelto al peso anterior a la gestación.
El gasto calórico implica que la lactante debería consumir 2,700 calorías en lugar de las 2,000 normales. Ese adicional de 500 calorías tiene que venir de una alimentación saludable para que la energía salga de la reserva y no de comidas que harán el efecto contrario a perder peso.
La dieta sana durante la lactancia no afecta la calidad de la leche ni su mayor producción, pero sí ayuda a regular el metabolismo. Muchas mujeres comen de más pensando que producirían más leche. La realidad es que el principal estímulo de las glándulas mamarias es la succión del bebé.
La lactancia materna además de quemar calorías, contribuye a la recuperación corporal. Las caderas ensanchadas vuelven a su estado normal y facilita la contracción del útero. Esto último gracias a la producción de la hormona oxitocina.