Hace unos días les pedí a mis amigos, padres de familia latinos en Facebook que me comentaran si tenían temor, y que es lo que más les preocupa de la pandemia que estamos viviendo.
Pablo, padre de una niñita que este año comenzaba el Pre-Kínder, me comentó que su niña tiene muchas alergias y que ellos no la van a mandar a la escuela. “Ya hablamos con la escuela”, dice Pablo, “y decidimos que no irá a clases”.
En Pablo se puede notar el miedo terrible que hay en el corazón de muchos padres latinos tienen, de que sus niños pequeños se vayan a enfermar.
Igualmente, Katherine, una madre de varios niños y adolescentes, me dice que toda su familia ha estado enferma con esta pandemia y que ella ha pasado por tanto dolor y angustia, que ha decidido no enviar a sus niños, pues teme que se vuelvan a enfermar.
“No solo eso”, comenta Katherine, “también temo por los maestros que se vayan a contagiar, ellos también tienen familias y temo por su salud”.
Rosa, al igual que Katherine, tiene la misma preocupación y también ha decidido que sus niños no irán a la escuela, su temor incluye que los niños no podrán estar tanto tiempo con la mascarilla puesta y se la quiten, pues ella dice que “a veces ni a los padres les obedecen”, cuando les piden a los muchachos que mantengan la mascarilla puesta.
Por otro lado Leny, la madre de una adolescente, me dice que lo que más le preocupa es la estabilidad emocional de los jóvenes. Dice que ve a su hija desesperarse muchas veces por el hecho que la vida le cambió de un día para otro, y no sabe qué hacer. Me comenta Leny que lo único que puede hacer es orar por la estabilidad de su hija y la de los demás jóvenes que se encuentran en la misma situación.
Los padres latinos y el temor
Entiendo el temor pues que lo más preciado para los padres latinos que aman a sus hijos, es su salud y su estabilidad emocional. Por eso, en medio de toda esta incertidumbre, yo quiero alentar a los padres de familia y decirles que definitivamente cuiden a sus niños y adolescentes, apóyenlos y denles todo su amor, pero también quiero decirles que en Dios tenemos reposo.
Muchas veces no es fácil dejar de preocuparse y es más fácil angustiarse que tener fe, pero les aliento como siempre, con la palabra de Dios.
En 1 Pedro 5: 7 el apóstol Pedro, siervo de Jesucristo nos insta a humillarnos delante de Dios y a traer todas nuestras cargas a los pies de Cristo, quien quiere que descarguemos todas nuestras preocupaciones, todos nuestros miedos, angustias y ansiedades en Él.
Dios es el único que sabe lo que está delante de nosotros, es el único que nos o puede traer aliento y paz en medio de las tormentas de la vida.
Por eso creo que, si nos acercamos Dios y clamamos por su ayuda, el estará ahí en medio de todo. Su presencia se manifiesta en un una paz que inunda nuestro ser, la cual no se puede entender.
La fe se manifiesta en provisión, no se sabe de dónde viene pero de repente todo lo que necesitábamos está ahí, se manifiesta en que aun después de largas jornadas de trabajo te sientas reposado, y aun si estás enfermo o has perdido un ser querido, te sientes en un estado de tranquilidad, que tú mismo no entiendes.
Todo esto viene de una relación con Cristo, no es religión, es más bien una manera espiritual de vivir conectado con el Dios verdadero, que aunque no le vemos, se mueve en lo invisible.
Los padres latinos que siente temor deben ser precavidos y también saber que Dios está ahí para contestar sus peticiones y acompañarles en todos los tiempos de su vida y su familia.