La histórica alza en la tasa de la inflación (8.6 %) y los elevados precios de la gasolina afectan a los bolsillos de las familias en el país. De hecho, la situación se torna alarmante ante una baja en los ahorros de los consumidores, un aumento en sus deudas con tarjetas de crédito y una potencial recesión en el horizonte. Según un reciente estudio, dos de cada tres personas en Estados Unidos viven de quincena en quincena, ¿cómo podemos cambiar esto?
Le puede interesar
Viviendo de quincena en quincena
Cuando los salarios aumentan a un ritmo más lento que la inflación, el presupuesto familiar se ve mermado al pagar más por alimentos, ropa o gasolina, lo que a su vez hace que sea más difícil cubrir los gastos mensuales, como el alquiler y los servicios básicos.
Para abril, el 61 % de los estadounidenses, aproximadamente 150 millones de adultos, vivían de quincena en quincena (paycheck to paycheck), según un nuevo informe de LendingClub. Un considerable aumento, comparado con la cifra del 54 % registrada en mayo del 2021.
Otra encuesta, de la consultora Willis Towers Watson, estimó que el 36 % de las personas que ganan $250,000 o más, también viven de quincena en quincena. Si esto ocurre con gente que tiene un jugoso salario, imagine la situación de los más pobres.
La trampa de las tarjetas de crédito
Cada vez se hace cada vez menos común portar dinero en efectivo, igualmente es relativamente sencillo obtener una tarjeta de crédito, lo cual es muy cómodo para los consumidores, pero esto tiene un precio.
En un intento por frenar la inflación a nivel macroeconómico, este año la Reserva Federal (FED) incrementó las tasas de interés referencial. Esto hace que el dinero sea más caro, es decir, suben las tasas de los préstamos.
Para junio, la tasa de interés promedio de las tarjetas de crédito fue del 18.89 % para los nuevos clientes y del 14.56 % para las cuentas existentes, según el informe Credit Card Landscape Report de WalletHub. Un interés sumamente alto, el cual se puede multiplicar si el cliente no paga sus cuotas a tiempo.
¿Cuál es el problema? Muchas familias, para mantener sus estilos de vida, se han visto forzadas a gastar sus fondos de ahorro, o a inflar sus deudas con las tarjetas de crédito, colocándose en una situación de vulnerabilidad económica.
La idea de seguir gastando como siempre y pagar “después”, es tentadora pero peligrosa para la salud financiera de una familia.
Los saldos de las tarjetas de crédito aumentan año tras año y, alcanzaron $841,000 millones en el primer trimestre del 2022, según un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
¿Podemos cambiar esto para tener salud financiera?
Un problema vinculado al gasto desmedido o innecesario, tiene que ver con la falta de un presupuesto familiar. Tener muy claro de cuánto se dispone y cuánto se puede gastar es fundamental para una buena salud financiera.
¿Por qué no hacemos esta planificación? Quizás la clave esté en nuestra escasa educación financiera.
Según la encuesta de educación financiera 2021 de la Fundación Nacional para el Asesoramiento Crediticio, casi la mitad (44 %) de los adultos en el país calificaron a sus conocimientos de finanzas personales como deficientes, un aumento del 5 % con respecto a los resultados de la misma encuesta en el 2009.
¿Dónde encontrar ayuda? Existen muchos sitios en Internet donde podemos de forma gratuita aprender sobre finanzas personales, uno de ellos es: www.mymoney.gov/es el cual tiene información valiosa en inglés y español.
Debemos capacitarnos, necesitamos protegernos, es vital cuidar de nuestras familias y el futuro económico de nuestros hijos. Una apropiada educación financiera es esencial para no ser arrastrados por un sistema financiero despiadado, que generalmente antepone los réditos por sobre la gente.