Translate with AI to
El pastor José Chicas ha pasado más de tres meses en santuario en Durham/P.J.

Durham- Tras más de tres meses de estar en Durham, el pastor José Chicas considera esta, la experiencia más difícil de su vida.“Pensé que se resolverían los problemas antes”, dijo en entrevista con La Noticia. “Ha sido muy difícil porque no puedo ayudar a mi esposa, ni a mis hijos. A veces me siento como en una cárcel”, mencionó.

“No me arrepiento, pero sí me pregunto por qué me tocó esto a mí. No soy un criminal. Me pregunto ¿por qué los gobiernos no piensan en estudiar los casos de las personas y ver si en verdad son una amenaza? Yo no soy un criminal”, señaló.

Problemas de salud y económicos

Chicas, de origen salvadoreño y con más de tres décadas viviendo en los Estados Unidos recibió santuario en la Iglesia para la Conversión de Durham el pasado 27 de junio. De 52 años de edad y pastor de la Iglesia Evangélica “Jesús es el Pan de Vida” en Raleigh. Llegó a este país huyendo de la guerra civil que en ese entonces azotaba El Salvador. Por mal consejo legal no se presentó a su corte de inmigración por lo que recibió una orden de deportación. Desde entonces ha tratado de regularizar su condición migratoria y recibió un permiso de trabajo, pero Inmigración le ordenó abandonar el país, justo un día antes de la fecha estipulada por inmigración para que dejara el país.

Chicas es padre de cuatro hijos, tres de ellos ciudadanos americanos y uno beneficiario del programa conocido como DACA.

Esta situación ha afectado a toda su familia, no solo económicamente, sino en su salud (está deprimido) y la de dos de sus hijos.“Mi hija de 19 años, Andrea, ha sufrido mucho desde pequeña pero ahora está peor. Llega a las dos de la mañana aquí para que nos vamos. Ahora está en tratamiento con un médico y un psiquiatra. Mi hijo menor de 11 años, Ezequiel, ha bajado muchos las calificaciones y en la escuela no entienden los motivos. Está muy deprimido”.

En cuanto a su caso inmigración no ha respondido ninguna de las peticiones legales solicitadas por su equipo legal para que reconsideren su caso.

Comunidad se une

Pero no solo Chicas está pasando por esta situación en el estado. También lo está Juana Tovar en Winston Salem (una tercera, la mexicana Minerva Cisneros de Greensboro, salió el lunes 2 de octubre luego de que un juez de inmigración le suspendiera la orden de deportación que pesaba en su contra).

Es por esto que el jueves 28 de septiembre en acciones simultáneas realizadas en estas tres ciudades, la organización American Friends Service Committee realizaron el evento “Día de acción por Juana, Minerva y José”.

“Debemos hacer que la gente tome conciencia de lo que está pasando es injusto”, mencionó a La Noticia, Ana Blackburn, enlace latino de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP). “Son gente que ha contribuido a la economía de este estado y al país. Y la gente se tiene que levantar porque sin la gente no lo vamos a poder hacer”, finalizó.

 

Comunicadora Social y Periodista colombiana con más de dos décadas de experiencia en producción de televisión, comunicación organizacional y medios impresos. Su trabajo como editora y reportera ha...