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Jessica Castro Álvarez era una adolescente cuando observó a su padre enfrentarse a las complicaciones de administrar un negocio sin hablar inglés y sin educación formal. Junto a sus hermanos, lo ayudaron a traducir facturas, entender términos bancarios y resolver asuntos que despertaron su interés en los números. Hoy, es una estudiante destacada de Ciencias en Negocios Internacionales en Appalachian State University.

Entre pan casero, la joven descubrió su pasión por los números

Hija de inmigrantes mexicanos, de Veracruz y Toluca. Jessica recuerda como su padre, durante la infancia, preparaba pan para el consumo de la familia. Eran recetas que venían de varias generaciones de panaderos en Orizaba. En estos sabores, la familia vio una oportunidad de negocio, incluso vendiendo puerta a puerta.

Cuando mi papá emigró, su plan no era abrir una panadería, hasta que mi mamá le dijo que debería aprovechar sus recetas, ya que a la gente le gustaría. Empezaron así vendiendo pan mexicano en las calles. Me acuerdo de que teníamos los hornos en la casa y salíamos por el aeropuerto y por toda Charlotte. ‘Mi trabajo’ era vender una charola o bandeja de bolillo. Así empezamos, pero ahora ellos tienen una panadería”, contó Jessica a La Noticia.

Para la joven, la experiencia de vender bolillos, conchas, teleras, magdalenas y galletas fue clave para su formación personal y vocacional.

Mi pasión por los números viene de mi infancia. Crecí platicando con mi papá sobre el negocio, viéndolo estresado y no sabiendo qué hacer. También lo vi batallar con el inglés. Entonces, mis hermanos y yo lo ayudamos a entender términos en las facturas, las declaraciones bancarias, entre otros pasos”, dijo.

“Yo no sabía nada del proceso de ir a la universidad”

Cuando cursaba su segundo año de secundaria, una visita de la organización Carolina Youth Coalition le abrió la mirada a nuevas posibilidades y la motivó a considerar seriamente una educación universitaria y ser la primera en su familia en ir a una escuela de cuatro años.

Fui a West Charlotte High School, una escuela en donde no muchos siguen los estudios después de graduarse. Pero cuando esta organización fue, me acerqué a su mesa y les pregunté como qué hacer para continuar estudiando… Yo no sabía nada del proceso de ir a la universidad o sobre FAFSA, de cómo aplicar, nada de eso”, recordó.

Para lograr éxitos académicos adicionales, Jessica se unió al club de cultura, realizó pasantías, voluntariados y recibió el Diploma del Bachillerato Internacional (BI). Cuenta que, a pesar de que sus padres no continuaron con estudios universitarios, siempre la apoyaron en su camino académico. Ese respaldo constante la motivó a abrirse camino como primera generación universitaria en su familia.

Mi mamá siempre me ha dicho que estudie a pesar de que ellos no siguieron sus estudios. Ella sufrió demasiado. Su papá dejó a su familia cuando eran pequeños y ella (su mamá) enviudó dos veces, entonces le tocó tener una mentalidad dura para salir adelante y quiere que yo salga adelante con una buena base y estudios. Ambos me apoyan a lograrlo”, mencionó.

Busca ser la primera en graduarse en una universidad

En otoño del 2024, Jessica comenzó a estudiar Ciencias en Negocios Internacionales, con especialización secundaria en español, en la Appalachian State University, manteniendo un promedio GPA de 4.0. Cuenta que los desafíos que enfrenta a diario son: la distancia con su familia y ser una de las pocas estudiantes latinas.

La universidad está como a dos horas y media de donde vivía con mi familia. Entonces el primer año se me hizo muy difícil. Soy la primera en alejarme de mi familia por estudios y lo hice a los 18 años, entonces fue difícil tras años de estar acostumbrados a vivir juntos. Además, es una institución predominantemente anglosajona. No hay muchos latinos y esto puede ser un reto, porque me hace sentir aún más alejada”, comentó.

Explica que al principio viajaba todas las semanas para compartir con su familia, pero le dificultó poder adaptarse al sistema universitario. “Ahora solo viajo una vez al mes y aunque es difícil para mí y para ellos (sus padres), me ayuda a conocer gente y poder desarrollarme en la universidad”, añadió.

Ser latina es su motor para triunfar como estudiante

Su objetivo es trabajar como analista o asesora financiera, y asegura que para alcanzarlo se mantendrá firme en su meta de completar sus estudios universitarios. 

En un viaje reciente a Guatemala, por la escuela, vi un museo que se llama Casa de la Memoria sobre el conflicto armado interno al país y cómo las acciones del Gobierno desaparecieron y masacraron a pueblos indígenas, para lo que ellos decían ‘mejorar la raza’. Allí vi un espejo que decía ‘a alguien no le gusta lo que eres’ y me parece que es una frase que se aplica a otros contextos, como lo que ocurre actualmente en este país. A alguien no le gusta lo que es mi familia o lo que yo represento por ser mujer, por ser latina y aun así tener la oportunidad de ir a la escuela y hacer las cosas bien, pero esto me impulsa es a seguir mis sueños, seguir estudiando y salir adelante”, cerró.

Jessica Castro Álvarez es ganadora de los Premios Excelente 2025 en la categoría Estudiante del Año. Este premio será entregado en una elegante gala a celebrarse el sábado 27 de septiembre a partir de las 6:00 p.m. en el hotel Sonesta Charlotte, ubicado en 5700 Westpark Drive, Charlotte, NC 28217. Para comprar sus boletos al evento, visite: excelenteawards.com.

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Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.