La devoción por las ánimas o almas benditas del purgatorio tiene origen en la creencia católica de la existencia del purgatorio.
¿Qué es el purgatorio?
La palabra purgatorio viene del latín ”purgatorium”. Puede traducirse como “que purifica” y que deriva, a su vez, del verbo “purgare”, equivalente a limpiar o purificar.
El Papa Benedicto XVI explicó el purgatorio como un estado temporal que una persona atraviesa tras la muerte mientras expía sus pecados, pues todas las almas logran acceder al cielo, ya que Dios es misericordioso y al mismo tiempo también es justo.
Sin embargo, también se debe aceptar el Infierno como ese otro estado al que pueden ir las almas que durante el llamado juicio final no califican para pasar por la purificación en el purgatorio ni para ir directo al cielo. Son aquellos que mueren excomulgados o en pecado mortal sin arrepentirse.
¿Qué son las ánimas benditas del purgatorio?
Las ánimas benditas del purgatorio son los espíritus buenos de las personas que vivieron en el plano terrenal y fallecieron, pero en su camino para entrar al cielo deben pasar por un proceso de purificación.
Lo que deben limpiar son posibles deudas incumplidas en vida, imperfecciones o pecados y, por lo tanto, quedan vagando como un alma sin cuerpo en busca de la paz y la liberación.
La certeza de que esas almas se salvarán e irán al cielo es por lo que se considera "benditas".
La manera como logran ascender las ánimas benditas y salir del purgatorio es a través de la iluminación y las oraciones que reciben de las personas que aún viven y que son creyentes. Ellas no pueden hacerlo solas. Esto es, mediante velas que les encienden para iluminar su camino, así como rezos, misas ofrecidas en su honor o rosarios pidiendo por la expiación de sus pecados.
Dice la leyenda que en agradecimiento las ánimas escuchan y cumplen las peticiones de aquellos devotos que han rezado por ellas.
Te puede interesar: Oración por las almas del purgatorio: los cien Réquiem