Con el objetivo de brindar apoyo humanitario a los afectados por la guerra e invasión de Rusia a Ucrania, el reconocido panadero latino de Charlotte, Manolo Betancur, viajará al país ucraniano este 18 de febrero.
Este es su tercer viaje. El primero de ellos fue en mayo del 2022 a Polonia y luego en octubre, oportunidad en la cual logró ingresar a Ucrania. Hoy, a casi dos años de la guerra, el empresario recuerda cómo llegó a un país para preparar pan y ayudar con la crisis, pero terminó aliviando el sufrimiento de los afectados por la guerra al escuchar sus historias y darles un poco de esperanza.
Su pasado en medio del conflicto en Colombia, lo motivó a ayudar en Ucrania
“Muchos no conocen esta parte de mi historia, pero yo soy un oficial retirado. Fui comandante de un grupo contraguerrillas en las fuerzas militares de Colombia y mi familia también vivió y sufrió por la guerra. Mis padres y yo perdimos todo a causa de una bomba… Yo soy hijo de la guerra de Colombia y sé en carne propia el dolor de la guerra, por eso no le deseo la guerra a nadie”, dijo Manolo Betancur a La Noticia.
A partir de esta experiencia, el colombiano cambió el rumbo de su vida, emigró a Estados Unidos y desde hace 25 años se dedica a su panadería latina en Charlotte. Su misión fue más allá del emprendimiento y constantemente dedica esfuerzos a ayudar a la comunidad.
Su viaje a Ucrania forma parte de este apoyo y cuando inició la guerra, El panadero contactó a la panadería Хатинка Пекаря o “La cabaña del panadero” en español, para colaborar. Gracias a sus donaciones y su disposición para ayudar, decidió que quería hacer algo más y fue a Polonia para colaborar personalmente.
Panadero latino ayuda con la reconstrucción de panadería en Ucrania
Familias hambrientas llegando a la frontera entre Ucrania y Polonia, madres cargando a sus hijos con un brazo y con el otro llevando sus pertenencias y los rostros cargados de tristeza de quienes perdieron a sus seres queridos son algunas de las cosas que Manolo recuerda de su primer viaje.
En medio de la aflicción, el empresario de origen latino ayudó con la reconstrucción de una panadería en Bucha, la misma que lo recibió y utilizó los ingredientes que tenía a su disposición y las donaciones de su campaña anterior para preparar un alimento para el alivio y merecido descanso de quienes escapaban de su país, procurando que la mayor cantidad de gente pueda comer.

“Son historias que me acompañarán el resto de mi vida”
En sus más de 25 años de experiencia, Manolo afirma que un pan recién hecho puede hacer una gran diferencia y unir a las personas, a pesar de las diferencias en la cultura y el idioma.
“Ellos me demostraron mucho agradecimiento por mi ayuda. Y pasaba que cuando empezaban a hablar, empezaban a llorar y uno sentía el alivio de ellos al poder compartir sus historias conmigo… Yo les decía, yo estoy aquí para dejarles saber que ustedes no están solos”, dijo.
Sobre estos testimonios, Manolo contó: “Un día un viejito de unos 86 años que no paraba de llorar me contó que al principio de la invasión él vivía con su nieto y se encerraron en el sótano, en Bucha. Después de tres semanas, el nieto le dijo: ‘abuelo, voy a salir a buscar comida, porque vamos a morir de hambre’. Pues el nieto nunca regresó. Tres días antes de conocer a este viejito, su nieto fue encontrado en una fosa común, amarrado de pies y de manos, sin lengua y sin ojos. Fue un asesinato muy cruel y el viejito decía: ‘era yo el que tenía que haber ido a buscar la comida porque mi nieto apenas estaba empezando a vivir, era yo quien tenía que haber muerto’. Fue muy triste ver cómo este señor llevaba y ponía su cabeza sobre mi hombro, contándome la historia”.
“Hubo una viejita, incluso tengo su foto, que me contó que estaba en una unidad. Allí escucharon por un megáfono a unos rusos que les dijeron que si iban al edificio de Gobierno iban a estar a salvo, pero la gente que se fue nunca regresó. Entonces, son historias que me acompañarán el resto de mi vida”, añadió.

Su propósito es continuar ayudando a ucranianos
Manolo viajará el 18 de febrero a Bucha, una ciudad a 30 minutos de la capital de Ucrania, Kiev. Asegura que desde septiembre del 2023 comenzó una campaña para obtener donaciones de clientes y conocidos, con las cuales entregará ayuda humanitaria. Sus razones son varias:
- “La guerra no ha cesado; se ha intensificado. Hay migración interna, más niños sin padres, más viudas, más hambre y más pobreza, por lo que siguen necesitando nuestra ayuda, pan, comida, ropa, calor, abrazos y oraciones”, señaló.
- La segunda es porque “ahora hay más guerras en el mundo, más conflictos, y mucha gente se está olvidando de Ucrania”.
- “La tercera es que ya hay un vínculo de hermandad y afecto, ya hay un vínculo emocional, ya sé adónde voy y, en muchos aspectos, estoy más relajado, tengo menos miedo”.
Añadió que uno de los panaderos con quienes trabajó en su misión de alimentar a la comunidad, Юрій Бойко, se enlistó para ir a la guerra y defender a su país. Algo que haría otro de los panaderos en las próximas semanas.
“Quería ir a saludarlos antes de que fueran. También voy a ayudar a una organización que ayuda a niños, huérfanos de la guerra y viudas. Esta organización necesita mucha ayuda”, indicó.

¿Cómo ayudar?
- Donando a través del siguiente enlace.
- Comprando un pastel de Mardi Gras en su local Manolo’s Bakery ubicado en: 4405 Central Ave, Charlotte, NC 28205. El 10 % de todas las ventas de este postre será donado por la panadería.
- También se puede donar en persona o colaborar comprando chocolates ucranianos.
- Dejando una carta de apoyo a los ucranianos.