La ciudad de Asheville hizo una elevada inversión en autobuses eléctricos que parece no haber sido nada rentable para el estado en general. Lo que debía convertirse en un apoyo para el transporte, está siendo un problema por resolver.
Lejos de las ventajas que supone la instalación de una flota de autobuses eléctricos, Asheville enfrenta la odisea de poner de nuevo en funcionamiento a tres de los cinco colectivos que habilitaron en junio del año 2019. A escasos menos de 5 años, los autobuses están parados por diversas fallas.
Autobuses sin operar por falta de repuestos y mantenimiento
La empresa Proterra, encargada de la fabricación de los autobuses que Asheville compró, se declaró en quiebra a mediados del 2023. A pesar de que la compró Phoenix Motor, aún no se tiene respuesta de fecha posible para conseguir los reemplazos que se requieren.
Los 3 autobuses dañados tienen fallas tanto de software como mecánicas, además de que uno de ellos tiene una puerta rota que es imposible de reparar y difícil de reemplazar a menos que se haga la pieza a la medida, lo que incrementaría más el precio.
El costo de una inversión verde para Asheville
Un informe de un medio local indicó que la inversión que hizo Asheville en los autobuses fue de unos $616,000 cada uno. Adicional a ello, se sumaba el costo de otros $200,000 para la instalación de cada cargador; $118,000 anuales para alquilar baterías y casi $45,500 al año en costos de electricidad para cargarlos. Por otro lado, el costo promedio de mantenimiento de los autobuses eléctricos superan los $250,000.
En su momento, la ciudad quiso incorporar estos autobuses propulsados por electricidad para ayudar a reducir los costos de combustible y la dependencia de recursos energéticos importados. Esto, en combinación con los objetivos de reducción de carbono de la ciudad.
Asheville estimó que habría una reducción aproximada de 54 toneladas de emisiones por año por autobús. En suma, se reducirían 270 toneladas de emisiones por año con los cinco autobuses ART (Asheville Redefinis Transit) activos.
La ciudad de las montañas fue la única de Carolina del Norte a la que se le adjudicó dinero para esta compra. En septiembre del 2017 la Administración Federal de Tránsito (FTA) otorgó una subvención al Departamento de Transporte de la ciudad para comprar autobuses de cero emisiones a través del Programa de vehículos de bajas o ninguna emisión de la FTA.