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El desabasto y las interrupciones en las cadenas de suministros que el país está sufriendo se debe a que, sin importar el impacto de la pandemia, la población sigue con un consumo acelerado.

A pesar de que la pandemia de COVID-19 continúa azotando el territorio nacional, los ciudadanos ven un alza en los mercados y muchos tienen sus cheques de desempleo.

Es por eso que la gente sigue gastando y comprando cosas.

Y es esa demanda del consumidor la que impulsa gran parte de la economía del país y que está causando una gran escasez de productos.

Además, las empresas están pidiendo y almacenando más productos de los que necesitan para no quedar desabastecidas.

Esto es a todas luces un círculo vicioso: la demanda interminable provoca la escasez de los productos.

Fue a raíz de que se levantaron las restricciones de contacto y movilidad que la población aumento la demanda de cosas.

Camionetas lucen estacionadas en un lote cerca de la carretera interestatal I-75 el 21 de septiembre de 2021 en Flint, Michigan. ( Jake May/The Flint Journal vía AP)

Las compañías y centros de abastecimiento fueron sorprendidos por ese alto nivel de la demanda que no han podido equilibrarse.

A pesar de que una gran mayoría de ciudadanos siguen encerrados en casa, no han parado de comprar productos electrónicos, muebles, electrodomésticos y artículos deportivos.

La alta demanda de esos productos disparó la inflación en el país a niveles que no se veían desde 1990.

En cambio, la venta de servicios, como hoteles, restaurantes, cines y teatros, siguen sin recuperarse.

La tendencia a seguir comprando podría seguir hasta mediados del 2022, a no ser que haya un aumento en los gastos de servicios.

Si esto no sucede, la cadena de suministros del país, y hasta global, no se recuperará al 100% hasta el 2023.

Periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en México y con 17 años de experiencia. Amante de los viajes y las historias que de ellos emanan. Un buen libro, una buena película...