Lo que hagas en una entrevista de trabajo es visto como una muestra de tu trabajo. Lastimosamente, muchos candidatos arruinan sus oportunidades cometiendo alguno de estos errores:
Apareciendo desinteresado. La verdad es que si no muestras interés en ser contratado, ningún empleador va a tener interés en contratarte. Demuestra interés en el puesto y en la compañía, haciendo preguntas inteligentes que indiquen hiciste tu tarea y tus ganas de trabajar con ellos. Llega a tiempo a la entrevista, vestido apropiadamente, y apaga tu celular.
Recitar respuestas. Es prudente tener preparadas respuestas a preguntas comunes (como “cuéntanos sobre ti”), pero trata de no parecer un robot cuando las respondas. En vez de memorizarte las respuestas y decirle palabra por palabra, concéntrate en el mensaje que quieres transmitir.
Hablar del salario. Una entrevista inicial no es el momento correcto para discutir sobre salario, a menos que la persona a cargo de la entrevista saque el tema. Lo mismo ocurre con otros beneficios, como días de vacaciones, tiempo flexible, etc. Estos temas no son relevantes hasta más adelante en el proceso de selección.
Quejarte de tu trabajo actual o pasado. Hagas lo que hagas, no hables mal de tu ex-jefe, o colega, o ambiente de trabajo. No importa lo terrible que haya sido tu anterior trabajo, trata de darle una vuelta positiva, como aprendizajes a partir de esa experiencia, o cómo prevendrías que eso vuelva a pasar, incorporando una mentalidad positiva en tus respuestas.
Hablar más de lo que has hecho que de lo que has logrado. Sin duda es importante que tu futuro empleador conozca de dónde vienes, pero es mucho más importante que conozca tus resultados. Antes de la entrevista, ten en mente logros obtenidos en tus trabajos previos, de forma que cuando se hable de ellos en la entrevista puedas conversar sobre cómo generaste valor en ellos.