Graciela Aires Rust MS, LPCA, CRC
A veces escuchamos a personas relatar constantemente las situaciones dramáticas y los sufrimientos por los que les toca vivir. En ocasiones, si nos ponemos a pensar más detenidamente, estas experiencias son vividas a menudos como resultado de una posición de desconocimiento acerca del poder y control que la persona posee de sus pensamientos y emociones.
Elija lo que piensa
La manera más poderosa para influir en la dirección en la que navegamos en nuestras vidas es eligiendo conscientemente la dirección de nuestros pensamientos y sentimientos, pues son ellos los que dirigen nuestras acciones y son las acciones las que determinan dónde vamos en la vida.
Más allá de las circunstancias
Claro que existen contingencias en nuestras acciones, a las que las llamaremos destino, pero el curso general de nuestras vidas lo podemos trazar desde nuestros pensamientos y emociones.
No son las circunstancias las que determinan nuestros pensamientos, aunque una persona que relata su vida y sus experiencias desde este punto de vista así lo percibe, entonces cree que esa es la realidad y genera pensamientos acordes a las circunstancias, pero como vemos, son los pensamientos de nuevo, y las emociones, erróneamente ubicadas desde los sucesos contingentes los que generan la acción.
Tome control
Muchas veces estamos en piloto automático cuando reaccionamos a situaciones, acontecimientos y personas. Desafortunadamente la mayoría de las veces, estas respuestas automáticas no son constructivas.
Una de las maneras más efectivas de tomar control de nuestras acciones y dirección es reconociendo el poder de nuestros pensamientos y emociones, y monitorear y cambiar nuestro dialogo interno.
Cambie las situaciones
Para cambiar las respuestas y reacciones a los eventos, primero debemos cambiar nuestra forma de ver. Supongamos que cometemos un error en el trabajo, podemos pensar “¿Cómo pudo ser que no me di cuenta? ¡Siempre me pasa lo mismo! ¡Qué tonto y descuidado que soy!”, o puedo pensar: “A ver, me equivoqué, ¿Qué puedo aprender de esta situación para que no ocurra nuevamente?”.
No reaccione, primero piense
Así como podemos responder de manera automática similar a la primera respuesta dada en el ejemplo anterior, también tenemos el poder de alterar el dialogo interno, haciendo una pausa en lugar de responder automáticamente y cambiar el patrón de pensamiento a un pensamiento más positivo, como el deseo de aprender del error.
Observar nuestro diálogo interno es fundamental para tomar control de nuestras circunstancias. El enfoque de nuestros pensamientos y emociones determina en gran parte nuestra realidad. Debemos reenfocar por lo tanto nuestros pensamientos, emociones y diálogos las soluciones y a las cosas que queremos, no en lo que no queremos. Si una persona gasta todo su tiempo en hablar, pensar y sentir las cosas que están mal en su vida va a tender a conseguir más de ellos.
Es importante monitorear la calidad de sus pensamientos, su dialogo interno y fomentar diálogos de aprobación y alentadores para con usted mismo. Al buscar los aspectos positivos en las experiencias y aprender a lidiar de manera más efectiva con eventos similares atraer a mejores situaciones en el futuro.
Graciela Aires Rust MS, LPCA, CRC
Psicoterapeuta bilingüe
Consultora Multicultural