Autoridades sanitarias del país designaron al Instituto de Investigación Clínica de Duke (DCRI), como el centro de coordinación de datos para estudios de investigación nacionales sobre los síntomas prolongados de la COVID-19.
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Con los nuevos picos de contagios a causa de la subvariante BA.5, muchos olvidan que la COVID-19 suele dejar secuelas de la enfermedad.
Sin importar el esquema de vacunación ni qué tan fuerte sea la persona que se haya contagiado. doctores del todo el país han reportado secuelas en todo tipo de pacientes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), han confirmado que dichos síntomas pueden durar incluso años.
'Los síntomas prolongados son una amplia gama de problemas de salud continuos que duran semanas, meses o años después de un diagnóstico de COVID-19.'
así definen los CDC a los síntomas prolongados de la COVID-19 que ahora se estudiarán en Duke.
Los CDC también señalaron que las personas que tuvieron síntomas graves es más probable que desarrollen síntomas prolongados de la COVID-19.
Los más comunes son dolor, dolores de cabeza, fatiga, confusión mental o problemas de memoria, dificultad para respirar, ansiedad, depresión, fiebre, tos crónica y problemas para dormir.
Las vacunas, los refuerzos y un tratamiento adecuado pueden ayudar a que tales síntomas no sean tan graves, duraderos o que incluso no aparezcan.
De acuerdo a datos de los CDC, alrededor del 2.5 % de las personas que han tenido COVID-19 desarrollan síntomas prolongados que van de los tres meses a más tiempo.

Ahora, el Instituto de Investigación Clínica de Duke, junto a RTI International, analizarán y estudiarán todos los síntomas prolongados de la COVID-19.
Ambas instituciones establecerán una lista de pacientes con este problema probar opciones de prevención y tratamiento.
Esta es una iniciativa del gobierno federal a través de los Institutos Nacionales de Salud,. Lleva por nombre RECUPERAR y está financiada por el Congreso del país.