Para muchos obreros de la construcción, en su mayoría trabajadores latinos, las jornadas de trabajo en Estados Unidos comienzan con una simple oración, dice Alexis Goldomez.
La gente reza “para poder volver a casa”, dijo Goldomez, carpintero que creció en Honduras y ahora trabaja en Charlotte.
Pero en Carolina del Norte esas plegarias quedan a menudo sin respuesta.
Los trabajadores latinos corren un riesgo mucho mayor de morir en las obras de construcción en Carolina del Norte que los trabajadores blancos y negros, descubrió una investigación del Charlotte Observer.
Dos cifras explican gran parte de la historia. Los empleados latinos representan 27% de los trabajadores de la construcción en Carolina del Norte, según el censo federal. Pero representan más de 60% de los obreros de la construcción que murieron en el trabajo, según el último conteo anual.
Hay que hacer más para proteger a los obreros de la construcción latinos, dijo Mauricio Solano, director de Operaciones de El Centro Hispano. Su grupo aboga por los latinos de Carolina del Norte, que son 10.5% de la población de este estado.
Demasiados contratistas dejan entrar a los trabajadores en las obras sin una capacitación adecuada en materia de seguridad, dijo.
“Los trabajadores deben exigir seguridad”, dijo. “Es un trabajo duro. Los trabajadores deben saber qué es seguro”.
Clermont Ripley, codirector del Proyecto de Derechos de los Trabajadores del North Carolina Justice Center, dijo que el gran número de muertes entre los obreros latinos sugiere que “no estamos valorando las vidas de los trabajadores latinos de la misma manera que las de otros”.
“Cuando vemos ese alto porcentaje, deberíamos estar indignados”, dijo. “Deberíamos exigir que se haga algo al respecto”.
‘Miedo a perder su trabajo’
Expertos y obreros de la construcción señalan varias razones clave de la disparidad: los trabajadores latinos desempeñan muchos de los empleos y tareas más peligrosos, como la colocación de techos. Quienes no hablan bien inglés a menudo no entienden las comunicaciones importantes en las obras y algunas empresas de la construcción no proporcionan traductores en las reuniones de seguridad, dijeron trabajadores al Charlotte Observer.
Los trabajadores que han inmigrado recientemente son a menudo más vulnerables a la presión de los supervisores que quieren que los trabajos potencialmente peligrosos se hagan rápido, dicen obreros y expertos.
“A veces están dispuestos a salirse de las líneas de seguridad porque no quieren perder su trabajo”, dijo Ranferi Calvillo, obrero de la construcción y organizador del sindicato Ironworkers Local Union 848, que cubre las Carolinas.
Los trabajadores latinos enfrentan mayores riesgos en muchos lugares de trabajo, no solo en la construcción. Entre 2009 y 2017, murieron en el trabajo en Carolina del Norte aproximadamente el doble que los trabajadores blancos y negros, según un estudio de 2022 publicado en el American Journal of Industrial Medicine,
Las empresas y las autoridades normativas deben a los trabajadores detener ese patrón, dijo Morgan Richey, autor del estudio.
“Esta gente hace trabajos peligrosos que hay que hacer”, dijo. “Lo menos que podemos hacer es usar las herramientas que tenemos para reducir la cantidad de muertes”.
“Estas personas son la columna vertebral de nuestro país”.
‘A la espera de que vuelvan a casa’
Aunque algunas tragedias en la industria de la construcción acaparan titulares, muchos obreros de la construcción latinos mueren sin cobertura informativa.

Entre quienes murieron en el trabajo en Carolina del Norte el año pasado estuvieron, a saber:
José Canaca Bonilla, Gilberto Mónico Fernández y Jesús “Chuy” Olivares murieron al caer desde 70 pies la mañana del 2 de enero de 2023, cuando se derrumbó el andamio en que estaban parados. El andamio, que los trabajadores estaban usando para construir una torre residencial cerca del barrio Dilworth de Charlotte, estaba “muy oxidado y deteriorado”, identificaron funcionarios del Departamento del Trabajo del estado.
Los últimos momentos de Guadalupe Alvarado llegaron el 27 de abril de 2023, mientras trabajaba en el Condado Union, unas tres millas al sur del Outerbelt de Charlotte. Estaba de pie sobre una caja de madera que estaba siendo izada por una carretilla elevadora cuando la caja se volcó de las horquillas, muestran registros estatales. Alvarado, de 28 años, quedó aplastado entre el suelo y la caja que cayó. Funcionarios del Departamento del Trabajo multaron a tres empresas por graves infracciones de seguridad.
Ricardo Castillo, de 59 años, murió en otra caída el 9 de junio de 2023. Mientras trabajaba para una empresa de enmarcado, se precipitó desde el segundo piso de una casa adosada en construcción en Raleigh y sufrió una lesión mortal en la cabeza. Inspectores multaron a su empresa por dos infracciones graves de seguridad relacionadas con la capacitación y la protección exigidas contra caídas.
“Quiero que haya más seguridad para que esto no vuelva a ocurrir a las familias latinas”, declaró al Observer Iris Bonilla, madre de José Canaca Bonilla, de 26 años, víctima del derrumbe del andamio, tras la muerte de su hijo. “Porque sus padres, madres, hijos ... están esperando a que vuelvan a casa”.

El duro trabajo que otros evitan
Alejandro Corvera, obrero de la construcción de 21 años en Charlotte, cree que hay una sencilla razón por la que los trabajadores latinos mueren tan a menudo en el trabajo. Son los que hacen los trabajos más peligrosos.
Goldomez, el carpintero de Charlotte, concordó.
“Los latinos nos ponemos en peligro más a menudo”, dijo Goldomez, hablando en español durante una entrevista en el centro de capacitación del Southeastern Carpenters Regional Council en Charlotte. “Y hacemos el trabajo más peligroso en la construcción”.
Las cifras corroboran esa observación. En Carolina del Norte, 63% de los techadores son latinos, según las más recientes cifras disponibles del Censo.
La OSHA exige a las empresas de construcción que proporcionen a los trabajadores equipos de seguridad adecuados, como gafas de seguridad y los arneses necesarios para evitar caídas. Pero algunas empresas no lo hacen, afirman obreros de la construcción entrevistados.
Los trabajadores latinos recién llegados a Estados Unidos podrían enfrentar riesgos especialmente elevados. Los trabajadores que no están familiarizados con las leyes laborales estadounidenses quizá no reciban equipos de seguridad ni capacitación. También podrían ser amenazados con el despido si denuncian lesiones, según el estudio de Richey.
Además, es menos probable que los trabajadores inmigrantes rechacen una tarea peligrosa o denuncien un entorno de trabajo inseguro, dice el estudio.
Las barreras del idioma también podrían influir, sobre todo cuando las empresas no ayudan a los trabajadores extranjeros a superarlas. Varios obreros de la construcción latinos entrevistados por el Observer dijeron que no hay intérpretes en muchas de las reuniones de seguridad que las empresas de construcción celebran para sus trabajadores.
“Si no hay traductor en las reuniones, ¿saben exactamente lo que está pasando?”, preguntó Rony Yanes, un veterano plomero que llegó a Estados Unidos desde Guatemala. “Me pregunto cuánta gente se entera de todo”.

Goldomez dijo que se fracturó un tobillo en una obra en Tennessee en 2022. Nadie le advirtió en español que había un agujero en el suelo del edificio en el que estaba trabajando, dijo.
“Cuando no entiendes el idioma se hace muy difícil lo que estás haciendo”, dijo.
Jacob Garmon, director de Seguridad de Carolinas AGC, un gran grupo comercial de la industria, dijo que la mayoría de los grandes contratistas tienen empleados que hablan español y pueden trasmitir la información de seguridad a los empleados latinos.
Funcionarios estatales de seguridad laboral que inspeccionan las obras no siempre son capaces de comunicarse con las personas que no hablan inglés. De los aproximadamente 80 funcionarios de cumplimiento que trabajan actualmente en la división de Seguridad y Salud en el Trabajo del Estado, nueve hablan español con fluidez, según Paul Sullivan, subcomisionado adjunto de la división.
Sullivan señaló que muchas de las ofertas de empleo de la división tienen el siguiente lenguaje: “La capacidad de hablar y entender español es una ventaja, pero no un requisito para el puesto”.
A él le encantaría que más de sus inspectores hablaran español, dijo.
A Solano, el activista a favor de los latinos, también le gustaría.
“Los latinos a menudo no tienen voz en estas inspecciones porque el idioma es una barrera”, dijo. “Tenemos que cambiar esto”.
Algunos, entre ellos Vernon Sumwalt, abogado de compensación de trabajadores de Charlotte, dicen que hay pocas dudas de que las empresas y las autoridades normativas deberían hacer más para proteger a los trabajadores latinos.
“Ellos hacen el trabajo duro que otras personas son demasiado orgullosas o no están dispuestas a hacer”, dijo Sumwalt. “Merecen toda nuestra atención en materia de seguridad. Pero cuando se toman atajos y las empresas van demasiado deprisa, ¿quién es la víctima?”
Diamond Vences, periodista multimedia del Observer, y Yuliana Montiel, reportera de La Noticia, contribuyeron a este artículo.
Nota de la redacción: Si cree que sus condiciones de trabajo son inseguras o insalubres, puede informar de sus preocupaciones a la división de Seguridad y Salud Ocupacional de Carolina del Norte rellenando una queja en internet o llamando a la oficina de quejas al 919-707-7660 o al 1-800-NC-LABOR (1-800-625-2267).
Aquí el enlace a la versión en inglés de la historia: https://www.charlotteobserver.com/news/local/article287902725.html
Este reportaje de investigación del Charlotte Observer se publica con autorización.