Alfredo Cevallos jugó y organizó ligas deportivas de fútbol durante casi toda su vida en Ecuador. Al emigrar, decidió llevar la práctica de este deporte a latinos de todas las edades para difundir el mensaje que “alrededor del balón no hay fronteras, y todos podemos ser una familia”. Gracias a su gestión y disposición a la inclusión, ha organizado más de 25,000 partidos en Charlotte.
Cevallos es el presidente de la North Carolina International Soccer League (NCISL), una liga con 26 años de trayectoria apoyando el deporte local y promoviendo un estilo de vida saludable. En entrevista con La Noticia, este personaje reconocido entre deportistas latinos de Charlotte, contó los desafíos y la historia de un deporte que, a su juicio, “va en auge ascendente”.
40 años de experiencia organizando ligas deportivas
Antes de emigrar, Alfredo se dedicó por dos décadas a organizar ligas deportivas a nivel colegial en la provincia de Esmeralda. Este mismo modelo fue el que trajo a Charlotte, mientras que su hermano lo llevó a California. “Es algo que traemos de familia”.
“¿Por qué el fútbol? Porque reúne multitudes, ejercita el cuerpo y reestructura la mente. Te hace una persona sana, te une con tu familia dentro del mundo del deporte, y aunque sea una vez a la semana, el fútbol se convierte en el pretexto para reencontrarte, unirte con otros 'sin fronteras' y recargarte de energías positivas", contó Alfredo.
Luego de salir de Ecuador junto a su familia, en 1996, Alfredo tardó solo meses en reencontrarse nuevamente con el mundo que conocía, el deportivo, y ese mismo año comenzó a involucrarse con las ligas de fútbol que existían en la época (Monroe y Charlotte), pero sentía que la comunidad latina estaba en crecimiento. Eso lo hizo pensar que podía contribuir en algo y aprovechó sus conocimientos para empezar a desarrollar un proyecto: una liga latina.
“Yo sentí que administrativamente podíamos hacer algo diferente para el deporte y fuimos evaluando en distintas zonas con un alto número de latinos, hasta que determinamos crear una organización de fútbol, donde podríamos hacer una competencia administrativamente mejor de lo que estaba en ese momento”, dijo Alfredo.
Así nació la liga NCISL en 1998. “Comenzamos con 8 equipos… Y en nuestro segundo año ya teníamos 16 equipos en competencia, en el tercero fuimos 22 y así fuimos incrementando hasta que en la actualidad tenemos 60 equipos en diferentes grupos o en diferentes categorías que son 5 en competencia”, explicó.
El fútbol une a más de 1,200 aficionados latinos
Eso que él consideraba una causa “convertir el fútbol en unidad y a los jugadores en una familia”, lo llevó a organizar más de 25,000 juegos o “reencuentros” al año. En dos temporadas, una de marzo a mediados de julio, y otra desde finales de julio a noviembre. En ellas participan alrededor de 1,200 aficionados al deporte.
Actualmente, las categorías de la NCISL se clasifican según el nivel de juego de los equipos y van desde B-1, B-2, A y A Especial. Y la quinta categoría “Máster” para mayores de 55 años, ya que para Alfredo, el deporte es una pasión que no se limita a la edad, nacionalidad u oficio.
Entre lunes y martes Alfredo programa los siguientes partidos, los miércoles ya cada equipo conoce su horario, rival, y campo asignado, jueves y viernes se encarga de hacer los registros, confirmar asistencias, planificar con los árbitros y al llegar el domingo es una jornada completa de juegos de 8:00 a.m a 6:00 p.m.
Son 30 partidos los que se llevan a cabo en los cinco campos deportivos del Ramblewood Park de Charlotte y cerca de 1,200 al año y Alfredo esporádicamente supervisa cada uno de ellos. Por momentos, su mirada supervisa a los árbitros, pero también que el comportamiento de los jugadores y los fanáticos esté de acuerdo con las normas de convivencia de las instalaciones, para dejar el campo en las mismas condiciones que lo recibió.
“Trato de hacer las cosas bien y por eso es que tenemos una respuesta de calidad por parte de nuestra gente, técnicos, administradores, jugadores, equipos y el público”, comentó.
“Alrededor del balón no hay fronteras”
Según Alfredo, el 95 % de los jugadores son latinos que se unen porque coinciden en nacionalidad, trabajo, clases, vecindarios, pero sobre todo en su pasión por el deporte.
“Tenemos jugadores de México, Honduras, El Salvador, Costa Rica, hemos tenido panameños, latinos del sur, como Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Uruguay. Ha habido una mezcla de inmigrantes latinos, pero también hemos tenido jugadores jamaiquinos y japoneses, aunque en un porcentaje mínimo, como un 5 % como máximo. Una de las satisfacciones que tenemos a nivel institucional es que nuestra organización deportiva está enfocada a reunir a todos estos jugadores semanas tras semana, con diferentes culturas o países de donde emigraron y lo importante es que alrededor del balón no hay fronteras”, añadió.
Alfredo asegura que su experiencia trabajando con latinos le ha ayudado a entender el contexto y las dificultades que experimentan muchos de ellos al emigrar. Por ello busca convertirse en una ayuda dentro y fuera del campo.
“Uno comienza a ser como un mentor para ellos, uno se convierte en el personaje de referencia para hacer preguntas, sobre todo los inmigrantes que recién llegan; el ¿Cómo hago? ¿Qué puedo hacer? ¡Dirígeme!, ¡Ilústrame!, ¡Contáctame! Son peticiones comunes y es algo que me llena”, dijo.
Padres e hijos jugando en el mismo equipo
“Es reconfortante ver el desarrollo deportivo de los hijos que nacieron de nuestros jugadores y saber que tienen esa herencia 'el uso del balón de fútbol'. NCISL es una organización familiar y nos da satisfacción ver cómo a los campos llegan los jugadores con sus esposas, con sus hijos y con sus novias. En estos 25 años hemos visto incluso a la segunda generación, a los papás jugando con sus hijos y es una satisfacción muy grande ver esta unión, porque para mí lo primero es la familia”, relató Alfredo.
Para el presidente de la North Carolina International Soccer League, el fútbol dentro de la comunidad latina ha tenido un avance importante a nivel local que ha permitido abrir las puertas a partidos nacionales e internacionales. “Va en auge ascendente”, consideró. Sin embargo, cree que el desafío es mantener el mismo nivel de credibilidad, disciplina y honestidad a lo largo de los años, algo que depende de las futuras generaciones.
“No sabemos por cuánto tiempo podremos hacer lo que estamos haciendo, pero mientras podamos estar y el Señor no los permita, vamos a estar aquí y nuestro proyecto es conseguir una institución con un terreno que podamos convertir en un parque de fútbol exclusivamente de inmigrantes”, contó.
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