Para los cristianos, la celebración de Pentecostés recuerda la llegada del Espíritu Santo a los apóstoles de Jesucristo.
Pentecostés se celebra 50 días días después de la Pascua de Resurrección para la Iglesia Católica.
La llegada del Espíritu Santo estuvo acompañada con manifestaciones milagrosas como la aparición de lenguas de fuego que se posaron sobre los seguidores de Cristo, quienes quedaron infundidos con la presencia del espíritu divino.
¿Quién es el Espíritu Santo?
En el Nuevo Testamento se reseña que Jesucristo ya había profetizado que Su Padre enviaría al Espíritu Santo.
Jesús describió al venidero espíritu como un "consolador" y permanente compañero que además "les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho" (Juan 14: 26).
Así pues, el Espíritu Santo también es un maestro de las enseñanzas divinas y recuerda el mensaje del Padre en sus hijos, convirtiéndose así en la Voz que habla por Dios dentro de cada ser humano.
¿Cuáles son los Dones del Espíritu Santo?
En la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios se reseñan los dones que el Espíritu Santo otorga a los cristianos:
- Sabiduría.
- Ciencia (conocimiento profundo).
- Fe.
- Curar enfermos.
- Hacer milagros.
- Profecía.
- Discernimiento de Espíritus.
- Hablar en lenguas.
- Interpretación de lenguas.
Oraciones al Espíritu Santo
¡Ven, Espíritu Santo!
Invocación de la Iglesia Católica
Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.
San Agustín
El Espíritu Santo es mi único Guía. Camina a mi lado con amor. Y le doy las gracias por mostrarme el camino que debo seguir.
Un Curso de Milagros
Relato de la Venida del Espíritu Santo
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos junt[b] en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.
Y había judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo. Y al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Y estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros idiomas de las maravillas de Dios. Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Pero otros se burlaban y decían: Están borrachos.
(Hechos 2: 1-13, Biblia de Las Américas)
En la celebración solemne de Pentecostés se nos invita a profesar nuestra fe en la presencia y en la acción del Espíritu Santo y a invocar su efusión sobre nosotros, sobre la Iglesia y sobre el mundo entero,
expresaba el Papa Benedicto XVI en el año 2010.