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Mitch Evans cruzó la línea de meta y bajó del auto alzando los brazos entre las serpentinas que coloreaban el cielo del Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México. Han pasado 727 días desde aquella victoria del neozelandés y, tras la voracidad de la pandemia, la Fórmula E está de vuelta en territorio azteca para enviar un mensaje de resiliencia y unión.

Será la sexta ocasión que la CDMX albergue al serial eléctrico de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) con la tercera fecha de la temporada 2022 a realizarse dentro de un circuito de 2.6 kilómetros y 16 curvas.

Con la pandemia aún latente y un registro en las últimas 24 horas de 31,336 contagiados, 564 muertes y 114,449 casos activos en México, la categoría eléctrica permitirá el acceso del 100% del aforo del inmueble a la espera de un total de 40,000 aficionados que crearán una atmósfera perfecta para una nueva batalla entre el piloto suizo-italiano Edoardo Mortara, del equipo Rokit Venturi, y el neerlandés Nyck de Vries, de Mercedes.

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El regreso triunfal de la Fórmula E

A pesar de que ha transcurrido 1 año con 11 meses y 25 días desde la última vez que los motores eléctricos deslumbraron en el asfalto sagrado del Hermanos Rodríguez, cabe destacar que en 2021 se hizo una doble parada en México, pero esa vez en el Autódromo Miguel Abed en Puebla debido al alto número de contagios que registraba la Ciudad de México.

En esa ocasión, los vencedores fueron el brasileño Lucas Di Grassi, y el propio Mortara, quien está en busca de su segunda victoria de forma consecutiva.Y es que tras acabar primero en el ePrix de Diriyah, es líder del campeonato de pilotos con un total de 33 puntos.

Esta será la tercera de las 16 fechas de una competencia donde participan 22 pilotos, que por más que se ha hecho de un nicho importante de seguidores en los últimos años, sigue siendo desconocida para millones de fanáticos al deporte motor debido escepticismo que le rodea al tratarse de una apuesta futurista de autos alejados de la combustión interna.

Sigue la estela del greenwashing

Y es que, si bien, ha sido muchos los esfuerzos por tratar de reducir las emisiones de carbono a nivel mundial, lo cierto es que aún no existen energías totalmente sustentables que puedan sustituir al uso de hidrocarburos. Sobre todo, cuando se trata de un sistema capitalista que incita al consumo desmedido.

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Atender el cambio climático va más allá de la innovación tecnológica y de tratar de implementar ideas en la sociedad a través del greenwashing (una práctica de marketing “verde” destinada a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica), asociado al interés de grandes corporaciones y agencias internacionales que han promovido este tipo de “desarrollo" por décadas.

El documental Planet of the Humans (2019) del cineasta Jeff Gibbs exhibió hace unos años la paradoja del movimiento ecologista, pues tan solo 100 empresas son responsables de 71 % de las emisiones a nivel global. El 7 % de la población más rica a nivel global es responsable de más de 50 % de todas las emisiones acumuladas en la atmósfera, mientras que en contraste, el 50 % de la población más pobre genera menos de 7 % de las emisiones totales. 

El reto de demostrar que los autos eléctricos son la solución

Un grupo de científicos financiado por el Medical Research Council del Reino Unido publicó un estudio que revela que la contaminación producida por los automóviles proviene no solo de los tubos de escape, sino también del uso que se les da a los frenos y del rozamiento de las ruedas sobre el asfalto que también contienen los coches eléctricos, por lo que éstos no son más respetuosos con el medioambiente que los carros convencionales.

Además, los autos eléctricos también pueden ser contaminantes al mismo nivel o incluso a uno mayor que la de los vehículos de combustión cuando utilizan baterías de litio, pues cuando termina su vida útil, es complicado reciclarlas.

La fabricación de un vehículo eléctrico utiliza cada vez procede de más de fuentes renovables y su huella ambiental promete ir reduciéndose en los próximos años. La Unión Europea fijó como objetivo que la energía que produce sea 100 % limpia para 2050, por lo que experimentos como el de la Fórmula E sirven para reducir los pasos que lleguen a esa meta que de poco servirá si la narrativa no se traslada al verdadero problema: el consumo desmedido orquestado por las grandes empresas.