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Santa Lucía, reconocida como la patrona de la vista y protectora de los ojos, es una venerada virgen por su poderosa intercesión en asuntos relacionados con la visión y la iluminación espiritual. Se le reconoce como "la que lleva luz al mundo".

Su devoción se manifiesta a través de oraciones así como una novena especial que buscan su ayuda y protección. Descubre quién fue Santa Lucía, por qué es considerada la patrona de la vista y cuándo celebrar su festividad.

¿Quién es Santa Lucía?

Santa Lucía, también conocida como Santa Luzia, fue una joven cristiana que vivió en Siracusa, Sicilia, durante el siglo IV d.C. Se dice que consagró su virginidad a Dios y se dedicó a ayudar a los más necesitados.

Lucía se recuerda por su valentía y firmeza en la fe durante la persecución de los cristianos bajo el gobierno romano.

¿Por qué Santa Lucía es la patrona de la vista? Historia

La asociación de Santa Lucía con la vista se remonta a una antigua leyenda. Se cuenta que, durante su martirio al consagrarse a Dios, sus ojos fueron arrancados. Sin embargo, ella continuó viendo con claridad, lo que se consideró un milagro divino.

Este acto milagroso llevó a que fuera invocada como protectora de los ciegos y personas con problemas de los ojos. Hoy en día, muchas personas recurren a ella en busca de curación y protección para sus problemas oculares.

Su imagen se representa como una hermosa joven que lleva en sus manos un plato con un par de ojos. Según la leyenda Santa Lucía fue decapitada.

¿Cuándo se celebra la fiesta de la Virgen Santa Lucía?

La festividad de Santa Lucía se celebra el 13 de diciembre de cada año. Esta fecha conmemora su martirio y su legado como patrona de la vista y protectora de los ojos. Durante este día, se realizan diversas ceremonias religiosas y se llevan a cabo tradiciones populares en honor a esta santa.

Novena a Santa Lucía. Oraciones

Durante nueve días, los devotos de Santa Lucía pueden recitar esta novena pidiendo la intercesión y protección de la virgen:

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

Gloriosa Santa Lucía, Virgen y Mártir de Jesucristo; si es para gloria de su Majestad divina, y para honra vuestra, que yo consiga lo que deseo y pido en esta Novena, alcanzadme esta gracia del Señor; y si no enderezad mi petición, y pedid para mí a Dios aquello que más me conviene para mayor gloria suya, vida, salud y provecho de mi alma. Amén.

Día1

Dios y Señor de los Ángeles, a quienes encomendáis la guarda y protección de los hombres; yo os ofrezco los merecimientos de estos soberanos Espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, a la cual hicisteis la gracia de conservar en un cuerpo mortal la virginal pureza de los celestiales Espíritus; yo os suplico, que por intercesión de esta gloriosa Virgen, me concedáis la virtud de la castidad y pureza de alma, para serviros a imitación de los Ángeles, y el especial favor que te pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 2

Dios y Señor de los Arcángeles, a los cuales encomendáis los negocios gravísimos de vuestra gloria, y utilidad de los hombres, yo os ofrezco los merecimientos de estos diligentísimos espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, prontísima ejecutoria de vuestra voluntad, y muy diligente en todas las cosas tocantes al cumplimiento de vuestro santo servicio; y os suplico que por su intercesión me concedáis una caridad perfecta para amaros y serviros, a imitación de los santos Arcángeles, y el especial favor que pido en esta Novena, para mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 3

Dios y Señor de los Principados, que por vuestro medio de los Ángeles y Arcángeles cuidan de la salud de los hombres, alumbrando, instruyendo y mandando; yo os ofrezco los merecimientos de estos celosísimos espíritus, y los de vuestra sierva santa Lucía, a quien comunicasteis vuestro espíritu principal para vencer a sus enemigos; y os suplico que por su intercesión me concedáis la victoria de los enemigos del alma, y el favor especial que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 4

Dios y Señor de las Potestades, que tienen especial poder para refrenar los demonios; yo os ofrezco los merecimientos de estos poderosísimos espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, a quien hicisteis participante de los privilegios de este coro celestial; y os suplico me concedáis una firme fe y segura confianza en vuestros auxilios para vencer a mis enemigos exteriores; y el favor particular que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 5

Dios y Señor de las Virtudes, por las cuales hacéis milagros y prodigios, propios de vuestro soberano poder; yo os ofrezco los merecimientos de estos prodigiosos espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, por cuyo medio obráis muchos milagros a favor de los que devotamente la invocan, y los obrasteis maravillosos en su gloriosos martirio; yo os suplico me concedáis por su intercesión las virtudes verdaderas para agradaros y serviros, particularmente la de la caridad con mis prójimos; y el favor especial que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 6

Dios y Señor de las Dominaciones, que presiden a los espíritus inferiores, ministros de vuestra providencia, y ellos se sujetan a vuestra voluntad, prontos siempre para ejecutarla; yo os ofrezco los merecimientos de estos excelentes espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, a la cual comunicasteis el dominio sobre muchas de las criaturas; y os suplico que por su intercesión me concedáis el dominio de mis pasiones desordenadas, y el favor especial que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 7

Dios y Señor de los Tronos, en que descansáis como en trono de vuestra gloria y asiento de vuestra majestad, yo os ofrezco los merecimientos de estos altísimos espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, que con humildad, castidad y perfecta oración, preparó su alma para que fuese digno trono y asiento de vuestra grandeza; y os suplico que por su intercesión adornéis mi alma con tan preciosas virtudes, y me concedáis el favor especial que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 8

Dios y Señor de los Querubines, que están adornados de perfectísima sabiduría; yo os ofrezco los merecimientos de estos sapientísimos espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, a la cual llenasteis de la sabiduría del Cielo y Ciencia de los santos; y os suplico me concedáis un conocimiento claro de las cosas espirituales y divinas, con que yo me adelante en la ciencia de la salud, y juntamente el favor especial que pido en esta novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Día 9

Dios y Señor de los Serafines, que os aman con un amor ardientísimo, yo os ofrezco los merecimientos de estos abrazados espíritus, y los de vuestra sierva Santa Lucía, tan abrazada del sagrado fuego de vuestro amor, que dio su vida gustosa en el martirio, por manifestar su caridad con la mayor prueba de que ella señala el Evangelio; yo os suplico que por su intercesión me concedáis una abrazada caridad, que me haga desear padecer por vuestro amor, y la perseverancia final en vuestra gracia, juntamente el favor especial que pido en esta novena a mayor honra y gloria vuestra y provecho de mi alma, para siempre amaros y nunca más ofenderos. Amén. Padre Nuestro y Ave María.

Al recitar esta novena, los fieles buscan fortalecer su conexión con Santa Lucía y experimentar su poderosa intercesión en sus vidas. Que su luz brille siempre sobre aquellos que la invocan con fe y devoción.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com