En el fondo del parque de casas móviles en Belhaven Estates en Charlotte, desde hace décadas, algunos vecinos hacen construcciones en sus viviendas para sentirlas más como su hogar. Ese fue el caso de Verónica Jiménez, pero por esto fue desalojada y solo tuvo 10 minutos para salir de su casa móvil.
“Yo no sabía nada del desalojo y les pregunté ‘¿Por qué no me avisaron?’ y los policías (oficiales del alguacil) simplemente hablaban entre ellos en inglés”, recordó Verónica sobre ese martes 5 de julio del 2022, cuando a las 9:00 a.m. fue despertada por los golpes en la puerta de cinco oficiales que llegaron a su casa móvil para ejecutar la orden de desalojo.
Desde abril del 2009, Verónica, su esposo, Víctor Luna y sus hijos viven en el vecindario de casas móviles ubicado en 7115 Bellhaven Blvd, Charlotte, NC 28216. Cuando se mudó, pagaba $350 por alquilar el terreno. Además, firmó un contrato comprar la casa móvil luego de pagar una mensualidad de $350 por 14 años y completar la totalidad de $60,152.
“En ese entonces no calificaba para poder tener una casa, sino para acá. Solo tenía que hacer un depósito y podía mudarme y seguir pagando como si fuera una renta. Entonces utilicé mis ahorros y comencé a pagar y durante los primeros años todo estuvo bien, pero en el tercer año hubo cambios en la gerencia y comenzaron a haber irregularidades con los gastos y muchos desacuerdos con la nueva gerente”, dijo Verónica.
Por no presentarse en corte se ordenó el desalojo
A pesar de algunos desacuerdos porque los meses de alquiler siempre tenían distintos montos (llegó a pagar hasta $1,185), Verónica y su familia pudieron vivir tranquilamente hasta el 2021. Año en el que comenzaron a tener problemas por una construcción que realizaron en el terreno que alquilaban, ya que según el contrato que firmó, esto no está permitido.
“Como vi que mis vecinos hacían construcciones en sus terrenos, mi esposo habló con la gerente para hacer un cuarto para mi hijo y ella nos dijo que no había problema. Entonces fuimos al condado y nos dijeron que necesitábamos la autorización de la corporación, pero que ellos después tenían que inspeccionar. Así que comenzamos a construir, pero luego de que ya lo teníamos avanzado, la misma gerente que nos dijo que sí, nos mandó a desbaratar el cuarto y llamó a la ciudad para decir que ella no autorizó la construcción”, relató la inquilina de la casa móvil.
Debido a esta construcción, Verónica fue citada para presentarse en corte el 13 de diciembre a las 9:00 a.m. Sin embargo, asegura que no entendió el significado de esta citación y no se presentó.
Sobre esto, el abogado de Legal Aid of NC, Isaac Sturgill, explicó que la mayoría de los desalojos que ocurren en Carolina del Norte son por un “juicio por defecto” o “default judgment”, que es cuando en corte se presentan los dueños de la propiedad, pero no los inquilinos de ella.
En el caso de Verónica, por no presentarse en corte, el juez ordenó el desalojo, el cual se llevó a cabo el 5 de julio por la Oficina del Alguacil del Condado Mecklenburg. Durante los meses previos, ella siguió pagando su alquiler, pero por medio de los tribunales. Contrató a una abogada, quien le ayudó a procesar estos pagos.
“Me dijeron que tenía 10 minutos para salir de mi casa”
Verónica recuerda que ese día estaba con su hijo Martín Carrillo cuando a las 9:00 a.m. se despertó por los golpes en la puerta.
“Llegaron y me dijeron que tenía 10 minutos para salir de mi casa. Después entraron y destruyeron algunas cosas. Yo estaba asustada porque no sabía por qué me habían desalojado y la gerente me dijo que mi abogada había perdido mi caso, pero mi abogada no me dijo nada. Entonces, pedí que me dieran tiempo, pero solo puede entrar acompañada con un sheriff como si yo fuera una delincuente”, recordó.

Verónica no fue notificada, ni tenía a donde ir
En el corto tiempo que tuvo para buscar sus cosas, Verónica solo pudo llevarse sus medicinas y a sus mascotas, mientras sus vecinos presenciaban toda la escena.
Aunque ya pasó más de un año desde este desalojo, Verónica asegura que no fue notificada sobre la mudanza. Por ello, no estaba preparada para saber en dónde iba a pasar la noche. Durante varias semanas durmió en su vehículo junto a su esposo, el cual estacionó en la casa de un familiar.
“A los días nos dieron entre una hora y dos horas para poder sacar cosas de la casa y me llevé ropa, documentos importantes y algunas plantas”, contó.
De acuerdo con el abogado de vivienda, Isaac Sturgill, las leyes de desalojo se aplican por igual para todo tipo de vivienda, incluyendo las casas móviles, “pero hay una pequeña diferencia y es en cuánto aviso tiene que dar un propietario a un inquilino, porque va a requerir más tiempo para mover la casa móvil”.
Según los Estatutos generales de Carolina del Norte, el alguacil al recibir la orden de posesión (de expulsión del inquilino) tiene 5 días para llevar a cabo el desalojo. Sin embargo, antes de hacerlo debe avisar al inquilino la hora y el día en la cual se va a ejecutar esta orden para que este abandone la propiedad y saque sus pertenencias.
Verónica no fue notificada y de haber sido notificada, no habría podido trasladar su vivienda porque, para ese entonces, aún debía seis pagos. Ya había pagado 159 cuotas con un equivalente a $57,800 de los $60,152.
"Pareciera que los planes de esta corporación es quedarse con las casas cuando las vas a terminar de pagar y por eso es que te las venden aun sin tener documentos, que fue mi caso y he escuchado que cuando los dueños de otros tráileres la están terminando de pagar, entonces es que comienzan a tener problemas", opinó Verónica.
Gracias a un documento la familia recuperó su vivienda
Después de estar más de un mes viviendo en su vehículo, Verónica contrató a otra firma de abogados para recuperar su vivienda, lo cual logró gracias a que cuando firmó el acuerdo de compra de la casa móvil y el contrato de arrendamiento, agregó a su esposo, Víctor Luna, como una de las partes.
“El abogado apeló en corte, porque mi esposo estaba en el contrato del tráiler y me explicó que la orden de desalojo era solo para mí y no para él, por eso fue que pudimos quedarnos y recuperar nuestra casa”, agregó.
Hoy en día, Verónica tiene un poco más de un año desde que regresó a su casa móvil. Aunque ya terminó de pagar, la vivienda continúa alquilando el terreno. Espera poder mudarse a otro vecindario o vender a un buen precio su casa móvil para evitar futuros problemas. Sin embargo, asegura que lograr cualquiera de las dos alternativas es “muy difícil”.
