Translate with AI to
Odio antiinmigrante y armas ¿qué ha cambiado tras cumplirse dos años de la masacre de Texas?
Tras dos años del atentado antiinmigrante más grave que haya sufrido la comunidad inmigrante en Estados Unidos ¿hay algún cambio?

Han pasado dos años y es sumamente difícil encontrar cualquier clase de explicación para entender el atentado terrorista más grave que haya sufrido la comunidad inmigrante en Estados Unidos en los últimos años. Nos referimos a la masacre ocurrida en una tienda Walmart en El Paso, Texas, la cual dejó 22 personas muertas y otras 25 heridas, incluyendo niños pequeños, casi todos latinos.

Esta trágica historia tristemente no ha terminado, pues en este tiempo no se ha aprobado ninguna ley para limitar el acceso de armas de fuego a personas con serios problemas mentales, y la retórica antiinmigrante sigue protagonizando impunemente los discursos de muchos líderes ultraconservadores.

Sentimiento antiinmigrante con fines políticos

El 3 de agosto del 2019, unos minutos antes del trágico incidente, el atacante publicó en internet un manifiesto lleno de odio contra los inmigrantes. Este crimen fue motivado por las alienantes ideas de prejuicio contra los indocumentados, las cuales se han multiplicado en los últimos años.

En el texto del atacante se podían leer frases que fueron reproducidas de recientes discursos políticos. Hablaba de una “invasión” latina en Texas, y advertía que los inmigrantes estaban “tomando el lugar” de las personas blancas.

Con tal de ganar votos, o subir los ratings muchos líderes moderados abrazaron ideas ultraconservadoras y, se unieron al pequeño pero ruidoso coro de votantes que miran a los inmigrantes como una amenaza; aunque existe una galaxia de estudios académicos que demuestra lo contrario.

Esta desmedida ambición de poder no es inocente, el discurso antiinmigrante deshumaniza a millones de familias, y alimenta las enfermas fantasías de extremistas peligrosos.

¿Qué ha cambiado en estos dos años?

La masacre de Texas es tristemente otra tragedia que se suma a la macabra lista ha sufrido Estados Unidos en los últimos años. ¿Qué hemos hecho como nación para enfrentar este problema? La respuesta es: nada.

En ese entonces la Administración Trump lamentó este tiroteo y otro ocurrido el mismo día en Dayton, Ohio, y se precipitaron a declarar que el factor que propició él mismo, fue “problemas de salud mental”. Luego el presidente Trump escribió que los medios de comunicación tenían la culpa.

No se habló del problema del odio, divisionismo y, en muchos casos violencia, que se promovía activamente desde los discursos electorales.

Más tarde hubo un cambio de tono. El presidente sugirió que se implemente una legislación que permita una regulación sobre la venta de armas de fuego y revisión de antecedentes; además agregó que le gustaría ver una reforma migratoria agregada a esta legislación.

Los grupos de ultraderecha vociferaron y, amenazaron con quitar su apoyo a Trump, quien en pocas horas se retractó y no hizo nada.

Escuchar a los promotores del prejuicio es la antesala de la violencia

En medio de una época de tensiones raciales, en donde la retórica en contra de grupos vulnerables como los inmigrantes ha proliferado por todo el país, es necesario evaluar quiénes continuan siendo los promotores del odio, y los predicadores del prejuicio.

El odio y el prejuicio no son enfermedades mentales, son enfermedades sociales, que en muchos casos, como le sucedió a El Paso, pueden terminar en tragedia.

Debemos cortar este mal de raíz, no debemos prestar nuestros oídos para que los promotores del odio o del prejuicio difundan sus venenosas palabras, debemos denunciar las acciones de estos personajes. No podemos permitir bajo ninguna circunstancia que estos individuos ocupen cargos públicos.

Si realmente queremos prevenir que vuelva a ocurrir una tragedia como la de El Paso, debemos demostrar a los promotores del odio que están solos. Somos más quienes creemos en la dignidad de todos los seres humanos, tengan papeles o no.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com