El presidente republicano Richard Nixon se negó a entregar las grabaciones al Comité del Senado, hecho que desato el principio del fin para el mandatario.
Todo esto por cinco hombres detenidos que irrumpieron en el cuartel general del Comité Nacional Demócrata en Washington, que intentaban robar documentos, James McCord Jr., era el jefe de seguridad del comité para la reelección del entonces presidente.
Los sospechosos fueron encontrados con una serie de artículos, incluyendo objetos para forzar cerraduras, billetes de 100 dólares con series secuenciadas y un receptor de onda corta que podría interceptar las llamadas de la policía, según informó en ese entonces The Washington Post.
La Casa Blanca se distanció de los ladrones, e inicialmente el escándalo no enredó a Nixon. Fue reelegido en noviembre tras la competencia contra su rival demócrata, el senador George McGovern. Pero meses después de su posesión, los periodistas y las investigaciones del Congreso comenzaron a reconstruir los detalles del escándalo, apuntando a la participación de la Casa Blanca.
Los periodistas del Washington Post Carl Bernstein y Bob Woodward comenzaron a reportar sobre el asunto después del robo. Con la ayuda de una fuente conocida como "Garganta Profunda", más tarde identificada como el oficial del FBI Mark Felt, escribieron una serie de artículos importantes sobre el escándalo de Watergate.
El 9 de agosto, Nixon renunció sin admitir ninguna culpabilidad. “Recuerda siempre que otros te odian, pero los que te odian no ganan a menos que los odies, y luego te destruyes”, dijo en su discurso de despedida al personal de la Casa Blanca.