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Todo está cambiando muy rápidamente. Ya sea en el clima, con el calentamiento global, las olas de calor, las lluvias intensas o la subida del nivel del mar; o en el orden de los microorganismos, con la aparición de nuevas bacterias y virus.

El uso de antibióticos, de forma indiscriminada, ha hecho que las bacterias, en especial un grupo de estafilococos, como el dorado, hayan buscado otras vías para llegar al huésped, causar infección y hacerse más resistentes a los antibióticos habituales.

Un grupo de estudio en Inglaterra encontró evidencia acerca de la propagación aérea de algunas bacterias, lo cual justifica la infestación hospitalaria. A pesar de las medidas higiénicas, estas superbacterias pueden flotar y esparcirse hasta 3.5 metros. Es decir, que, de paciente a paciente, habrá que tomar medidas distintas en cuanto a diseño y ventilación de las unidades de ingreso hospitalario.

¿Cómo protegernos de las superbacterias?

Como se propagan por el aire, el ozono sería la herramienta por excelencia, ya que mata a virus y bacterias. No abusar de los antibióticos y antivirales y no automedicarse. Airear casas, recintos, fábricas y hospitales, reciclar el aire con equipos de extracción. Cambiar la ropa de cama de los hogares al menos cada dos días, ya que puede ser un caldo de cultivo.

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En hospitales, cambiar la ropa de cama y pijamas una dos veces al día, si fuera necesario, en pacientes con algún tipo de sepsis y virosis. El personal médico, paramédico y sanitario debe realizar una ducha en el hospital, antes de salir, y usar ropa limpia antes de irse a casa.

Se debe vigilar nuestro sistema inmunológico con análisis de sangre, al menos una vez al año. Y, si se está convaleciente de enfermedades, cada seis meses o según criterio médico. Hay que minimizar los corticoides, y solo utilizarlos como última opción, ya que deprimen el sistema de defensa en uso prolongado.

Las personas con enfermedades autoinmunes o con inmunodeficiencia, y los niños y ancianos, son las más vulnerables a estas superbacterias, por lo que deben ser más vigiladas.

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La alimentación debe ser lo más alcalina posible, ya que estas bacterias sobreviven mejor en medios ácidos. La hidratación, el lavado de manos y la distancia social son importantes. Los acompañantes y las visitas al hospital deben ser las menos posibles. Hay que recordar que los hospitales y consultas no son lugares de ocio familiar.

Actualmente, la comunidad científica estudia formas de contrarrestar estas cepas, con la creación de antibióticos inteligentes o de sistemas de desinfección del aire. Mientras tanto, sumemos conciencia y fuerza.
www.DrLuisMontel.com

Experto en Medicina Deportiva, traumatología, estética y antiedad. Toda su experiencia y formación está dirigida al estudio, diagnóstico y prevención de las enfermedades asociadas al envejecimiento,...