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“Juntos pero no revueltos” cuando la convivencia es por conveniencia

Como dice el refrán juntos, pero no revueltos, hay circunstancias en la vida en las que la convivencia con una persona no significa que haya una comunión.

Aunque, en términos generales, no se recomienda que se acepte una convivencia con una pareja con la que no existe un vínculo afectivo, a veces la vida no es tan simple.

Cuál sea la razón que te haga permanecer con alguien con el que no hay sentimientos (ej. único techo seguro, proceso de inmigración), es muy importante que haya unos entendidos y acuerdos entre las partes.

Por otro lado, es importante señalar que estas recomendaciones no aplican a situaciones donde hay violencia doméstica y el miedo al agresor y a sus amenazas sean las razones para permanecer en la relación de desamor. Si esta fuera la razón, se recomienda que visites o llames a un centro/ línea de emergencia para violencia doméstica para que recibas el apoyo y protección que necesitas.

¿Cómo manejar la convivencia por conveniencia?

Reconocimiento

El primer paso es reconocer la situación en la que se encuentran y aceptar que las razones que los motivan a permanecer juntos. Ignorar la situación no la va a cambiar y puede abonar a resentimientos.

Entendidos

Llegar a unos acuerdos sobre cuáles serán los acuerdos de convivencia, reconociendo que el vínculo afectivo no está presente. Entre estos entendidos se encuentran lo que cada uno puede y/o debe esperar del otro, por ejemplo, responsabilidades en la casa, responsabilidades económicas y si se espera fidelidad mientras estén conviviendo. Estos entendidos sentarán las bases para una convivencia en armonía.

Respeto

Respetar los acuerdos y entendidos será vital para sostener una sana relación dentro del reto en que se encuentran.

Comunicación

Mantener una comunicación constante para poder ir resolviendo los retos de la convivencia.

Aunque pueda haber buenas intenciones de ambas partes de manejar una convivencia por conveniencia, la dinámica puede no resultar como se pensaba. Es importante estar alerta a nuestros sentimientos y emociones, porque pudiéramos darnos cuenta que este arreglo que parecía bueno al inicio, no resulte de forma favorable.

Revisitar las decisiones que tomamos y adaptarlas a las necesidades que van surgiendo puede ayudar a evitar frustración o tratar de imponer o imponernos a una situación que ya no resulta favorable para uno o ambas partes. Hay momentos donde las otras decisiones que pudiéramos tomar pueden ser incómodas o sacarnos de nuestro estado de comodidad y seguridad, pero son más consistentes con nuestros valores, nuestras necesidades y manera de pensar. Si la decisión que tomamos no nos trae paz, será bueno reevaluar la decisión.

Recuerden que esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud emocional. Para mayor información pueden llamar a: Click aquí.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría