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Una de las promesas centrales de la campaña del presidente electo, Donald Trump, en el tema migratorio, no es construir un muro en la frontera sur, pues no pudo hacerlo cuando era presidente, ahora se ha enfocado en promover la idea de deportar masivamente a 11 millones de inmigrantes indocumentados. ¿Cuáles serían las consecuencias económicas y sociales de esta medida?

La constante exposición en los medios nacionales sobre la crisis humanitaria en la frontera sur, ha distorsionado la percepción colectiva de los votantes sobre este tema, haciendo “atractiva” la idea de un programa masivo de deportaciones.

Según una reciente encuesta de CBS News/YouGov un 62 % de los votantes registrados estaría a favor de que el gobierno inicie “un programa nacional para deportar a todos los inmigrantes indocumentados que actualmente viven ilegalmente en Estados Unidos”. Inquietantemente, la encuesta encontró que la deportación masiva era popular en la mayoría de los votantes latinos: el 53 % dijo que estaría a favor de tal programa.

Pero lejos de las promesas populistas y de las crisis exacerbadas por los medios de comunicación nacionales, deportar a millones de inmigrantes, además de ser una pesadilla logística que se financiaría con fondos públicos, puede traer enormes consecuencias para el futuro del país.

¿Si se deporta a todos los inmigrantes indocumentados, bajaría el desempleo?

Un estudio del 2022 estima que entre el 8 % y el 10 % de los indocumentados en Estados Unidos son dueños de negocios. Estos empresarios generan hasta $17.2 mil millones en ingresos comerciales a nivel nacional y crean anualmente miles de empleos.

Según una investigación publicada el año pasado por la Universidad de Colorado, “por cada millón de trabajadores inmigrantes no autorizados detenidos y deportados de Estados Unidos, 88,000 trabajadores nativos estadounidenses quedarían sin empleo”.

Se calcula que si deportara a tres millones de inmigrantes por año, significaría 263,000 empleos menos ocupados por trabajadores estadounidenses, y esto se agravaría cada año adicional que continúe este plan.

¿Las deportaciones masivas nos harían un mejor país?

Un reporte publicado en abril por la Office of Homeland Security Statistics (OHSS) estima que 8 de cada 10 inmigrantes indocumentados han vivido 10 años o más en Estados Unidos.

Estas personas no están de paso, han sentado raíces aquí. Las deportaciones masivas significarían familias separadas, millones de niños estadounidenses tendrían que vivir lejos de sus padres. Esto iría en contra del actual espíritu de la ley migratoria, que busca la unidad familiar, y sería una traición a los valores históricos que han forjado por siglos esta nación de inmigrantes.

¿Sin inmigrantes habría menos crímenes?

Si bien no se puede negar que existen casos de inmigrantes que llegan a delinquir, las estadísticas sugieren que en realidad son una excepción, no la norma. Así lo aseguran los investigadores, Charis Kubrin y Graham Ousey, autores del libro “Immigration and Crime: Taking Stock”, quienes analizaron numerosos estudios, por décadas, sobre este tema y concluyeron que la inmigración a un área determinada no está asociada con el aumento del crimen. De hecho, proponen que, estadísticamente hablando, más inmigración equivale a menos crimen.

¿Qué hay detrás de la propuesta de deportaciones masivas?

La realidad es que no son razones económicas, históricas, ni sociales las que impulsan la idea de un plan masivo de deportación; numerosos estudios académicos así lo señalan. Esto no es más que un plan populista que apela a votantes despistados o a bases ultraconservadoras que buscan un “chivo expiatorio” a quien culpar por las falacias de nuestro sistema.

No se deje engañar. Las deportaciones masivas tendrían un devastador costo económico y social que afectaría irreparablemente el futuro del país.

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Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com