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Tiempo atrás hice una pequeña encuesta a través de mi página de Facebook y le pregunté a mis amigos que me dijeran cuales eran por lo menos tres problemas que ellos identificaban en la comunidad latina y que se les debe de poner atención, al final obtuve unas veinte respuestas de diferentes puntos del estado.

La necesidad de una licencia de manejar, la violencia doméstica y el que los jóvenes puedan estudiar en las universidades son los tres problemas que salieron a la superficie, entre otros.

En lo referente a la violencia doméstica, una terrible problemática que sufren miles de familias en el estado, me dispuse a hacer una corta investigación sobre la raíz del asunto y he aprendido que el problema se desarrolla en la niñez de los abusadores. Muchos de los niños que fueron abusados en su niñez se convierten en abusadores en su adolescencia y de adultos.

De acuerdo con Child Help, una organización nacional que trabaja con niños abusados y niños con los que se comete negligencia, dice en sus estadísticas que Estados Unidos es el país industrializado donde se reportan más casos de abuso a los niños, unos 3.3 millones de reportes al año.

La violencia doméstica y el abuso infantil van de la mano y tienen solución, primero se debe de reconocer que el problema existe en la familia, luego hay que buscar ayuda entre organizaciones que trabajan en este campo.

Puede ser difícil preguntarse, ¿soy víctima de violencia doméstica? Quizá hayan veces cuando su relación está buena y cariñosa y otras veces cuando se siente controlada y victimizada por la misma persona. Aquí unas señales de alarma para que sea capaz de decidir si su relación es sana o abusiva, y así sea capaz de toma una decisión.

Su pareja:

  • ¿Le amenaza con hacerle daño a usted, sus niños, o mascotas?
  • ¿Le insulta o le dice que es estúpida?
  • ¿Le retiene su medicamento?
  • ¿Tira o rompe cosas?
  • ¿Abre su correo?
  • ¿Controla sus decisiones económicas?
  • ¿Le exige saber dónde está todo el tiempo, con quién está, y adónde va?
  • ¿Le amenaza con suicidarse?
  • ¿Le amenaza con terminar la relación?
  • ¿Pide no contar a nadie que fue maltratada?

Usted:

  • ¿Se siente agobiada?
  • ¿Cambia su comportamiento debido a sus emociones?
  • ¿No visita familia o amigos para evitar su enfado?
  • ¿Se siente amenazada o tiene miedo por las emociones, las acciones, o el comportamiento de él?

Si contesta a unas de las preguntas, es posible que esté en una relación abusiva.

Si usted sufre este mal también puede hablar con un pastor o su líder religioso sobre este problema, desahóguese con alguien que le va a ayudar, no con otra persona que está enferma del mismo mal.

Si sabe de alguien que está siendo abusado no se quede callado busque ayuda.

Por último y lo más importante, encuéntrese con Cristo Jesús, El es quien sana todas las heridas del hombre. Si no quiere compartir su desdicha con nadie, por lo menos acércate a la casa de Dios y ore para que El sane su corazón y le ayude a convertirse en esa persona libre que El quiso que usted sea.

Aquí comparto algunos recursos que usted puede utilizar si tiene este problema:

  • Jesus Ministry Conserjería espiritual cristiana: 704-532-8703.
  • Línea de Emergencia para Niños Abusados: 1-800-422-4453.
  • Prevención de Abuso en Carolina del Norte: 1-888-997-9124.
  • Para emergencias: 911.

Por tres décadas ha servido en su ministerio pastoral y en la organización Jesus Ministry. Presidenta de la Federación de Iglesias Cristianas. Autora del libro: El encuentro que me transformó