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En la mañana después del día de Año Nuevo, el trabajador de la construcción de Charlotte, Osman Reyes, estaba en el séptimo piso de un edificio de apartamentos en construcción cuando escuchó el sonido del metal al romperse.

Bajó corriendo las escaleras y salió al exterior, donde vio algo que prefiere no describir. Su hijastro y otros dos trabajadores de la construcción yacían en el suelo entre tablas y escombros.

José Bonilla Canaca, de solo 26 años, había estado ayudando a colocar ladrillos en el exterior del edificio junto con Gilberto Mónico Fernández y Jesús “Chuy” Olivares. Cuando el andamio en el que estaban se derrumbó, cayeron en picada 70 pies hasta su muerte.

“Es un vacío”, dijo Osman sobre la pérdida nueve semanas después de la muerte de José. “Tratamos de superarlo. Pero no podemos”.

No está claro por qué cedieron los andamios en el edificio de apartamentos de la parte alta de Charlotte. La División de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) del estado todavía está investigando.

Mientras esperan una explicación, la familia de José pide mayores esfuerzos para mantener seguros a los trabajadores de la construcción. Aseguran que los reguladores y los gerentes de las empresas no tomaron medidas que podrían haber protegido a los trabajadores.

“Quiero que haya más seguridad para que esto nunca vuelva a suceder a las familias latinas”, dijo la madre de José, Iris Bonilla, en su casa al este de Charlotte. “Porque sus padres, madres, hijos, están esperando que regresen a casa”.

Ninguna de las tres víctimas llevaba arneses de seguridad cuando murieron, dijeron los familiares. Cuando trabajan en lugares altos, los trabajadores de la construcción a veces usan arneses que están amarrados al edificio, una precaución que evita que caigan desde largas distancias.

Pero las normas federales generalmente no exigen tales arneses de seguridad cuando los trabajadores están parados en andamios que están rodeados por barandas, del tipo que se derrumbó el 2 de enero.

Deberían ser obligatorios, dijo Osman. “Necesitan implementar una ley para que las personas usen este tipo de arneses en esos lugares”, dijo a The Charlotte Observer.

¿Qué fue lo que salió mal?

El sitio de la tragedia, un complejo de apartamentos de 16 pisos en construcción en East Morehead Street, es uno de los más de 200 proyectos de construcción comerciales y multifamiliares en curso en el condado de Mecklenburg. El constructor es Hanover Company, un contratista general con sede en Houston. José trabajaba para Friends Masonry Construction, un subcontratista con sede en Charlotte.

Osman dijo que estaba preocupado por la seguridad de los andamios en el sitio de construcción de East Morehead Street, antes de que los tres hombres murieran, porque parecían inestables. Se acercó a un empleado de Old North State Masonry, la compañía que montó el andamio, para preguntarle sobre esto, aseguró. Le dijeron que lo habían armado correctamente.

Con base en las investigaciones de incidentes anteriores de colapso de andamios, los inspectores de seguridad en el lugar de trabajo podrían examinar si los andamios en el sitio de Charlotte se montaron correctamente y si estaban sobrecargados. Después del colapso de un andamio en el centro de Raleigh en el 2015 que mató a tres hombres, los investigadores descubrieron que una empresa con sede en Durham no había amarrado correctamente el andamio al edificio y lo había cargado con demasiado peso.

Llegar al fondo de lo que salió mal en Charlotte requerirá que los investigadores obtengan la cooperación de los trabajadores que estaban en el lugar de trabajo. A principios de este mes, los funcionarios del Charlotte-Metrolina Labor Council pidieron al estado que aplicara una política federal que proteja temporalmente a los trabajadores indocumentados, para que todos los que presenciaron el incidente puedan hablar con seguridad con los inspectores.

Muchos trabajadores en el sitio de construcción de East Morehead Street eran inmigrantes indocumentados que no han vuelto a trabajar desde la tragedia, aseguró el Labor Council en una carta a los funcionarios de trabajo estatales. Ashley Hawkins, presidenta del Labor Council, dijo que ella y sus colegas hablaron con varios trabajadores que dijeron haber presenciado el colapso del andamio, pero se les indicó que no compartiesen lo que vieron.

Contactado por teléfono a principios de este mes, un propietario de Friends Masonry Construction, Alejandro Sánchez, dijo que ninguno de sus trabajadores recibió instrucciones de guardar silencio sobre el accidente. “Pueden hablar con quien quieran”, dijo a través de un intérprete.

Pareja busca un cambio tras la muerte de su hijo al colapsar un andamio
Un trabajador usa la protección contra caídas adecuada mientras trabaja varios pisos sobre el suelo en un sitio de construcción en East Morehead Street y Euclid Avenue el miércoles 8 de marzo de 2023. Foto: Melissa Melvin-Rodríguez mrodriguez@charlotteobserver.com

Aumentan las muertes, bajan las inspecciones de seguridad

En Carolina del Norte, al menos 16 personas han muerto en incidentes relacionados con andamios durante la última década, según muestran los registros de OSHA.

“Me gustaría que nunca vuelva a ocurrir un accidente como ese”, dijo Osman, quien señaló que nadie involucrado en la investigación estatal ha hablado con él sobre el colapso. “Me gustaría que las autoridades responsables de las obras implementen más medidas de seguridad para los trabajadores”.

Las preocupaciones de Osman surgen en un momento en que la cantidad de inspecciones de seguridad y salud en el lugar de trabajo se ha reducido a más de la mitad durante la última década en Carolina del Norte, un estado con rápido crecimiento. Las muertes en los lugares de trabajo aumentaron considerablemente durante ese período, encontró el Observer. Los funcionarios de OSHA realizaron menos de 2000 inspecciones el año fiscal pasado, esto es solo una inspección por cada 172 empleadores.

“OSHA ha fallado en esta área”, dijo Osman.

Osman ha trabajado en la construcción en Charlotte durante 16 años. En los raros casos en que ha visto a los funcionarios de OSHA aparecer en los lugares de trabajo, mencionó, han verificado si los trabajadores llevaban equipo de protección, como cascos, gafas de seguridad y botas con punta de acero.

“Pero no revisan los andamios”, dijo. “Nos encantaría ver una mejora en eso”.

Erin Wilson, portavoz del Departamento de Trabajo del estado, asegura que los inspectores de seguridad en el lugar de trabajo inspeccionan los andamios en los lugares de trabajo que visitan. En los años fiscales 2021 y 2022, emitieron 500 citaciones por violaciones de andamios, dijo.

Cuando se despierta cada mañana, la madre de José dice que lo primero en lo que piensa es en su hijo. Si hubiera habido más inspecciones y precauciones de seguridad en el lugar de trabajo de su hijo, ¿seguiría vivo hoy?, se pregunta.

“Todas estas grandes empresas deben centrarse en la seguridad de sus empleados”, dijo.

¿Hay juicios en camino?

Las preguntas sobre quién es responsable de la tragedia probablemente surgirán en el sistema judicial en poco tiempo.

Las familias de José y Jesús Olivares han contratado abogados. Vernon Sumwalt, un abogado de Charlotte que representa a la familia de Olivares, dijo que espera presentar una demanda por homicidio culposo. Si bien es demasiado pronto para decir exactamente qué sucedió el 2 de enero, Sumwalt dijo que esto está claro:

“Estas cosas no suceden por accidente”, dijo. “Estas cosas podrían haberse evitado”.

Camille Payton, una abogada de Charlotte que representa a la familia de José, dijo que aún no está segura de si la familia demandará. Pero dijo que le preocupa que los trabajadores latinos mueran en los lugares de trabajo a un ritmo más alto que otros. Los latinos representan alrededor del 27 % de los trabajadores en las obras de construcción de Carolina del Norte, pero más del 40 % de los que mueren en el trabajo, según muestran los datos federales.

“Queremos que tengan acceso a las mismas protecciones que nuestras leyes brindan a todos los demás”, dijo.

El bufete de abogados de Payton notificó a Old North State Masonry and Hydro-Mobile, la empresa que diseñó y fabricó el andamio, que representa a la familia.

Nadie de esas empresas respondió a las solicitudes de entrevistas. Sánchez, uno de los propietarios de Friends Masonry Construction, dijo que no quería hablar sobre el accidente porque aún está bajo investigación.

El abogado de Raleigh, David Fothergill, representa a Hanover Company, el contratista general del proyecto de construcción de apartamentos. La compañía “comparte su compasión y simpatía con los involucrados en este desafortunado incidente”, escribió en un correo electrónico. Pero se negó a hacer más comentarios.

De la juventud a la muerte

En 1999, cuando José tenía 2 años, él y su familia llegaron a Charlotte desde Honduras. Gran parte de su país de origen había sido devastado por el huracán Mitch, Iris y su difunto esposo tenían la esperanza de encontrar un lugar más estable para criar a su hijo.

A medida que José crecía, hizo una vida feliz en Charlotte y comenzó a trabajar en la construcción hace unos tres años y medio, aseguran los miembros de la familia.

José había estado trabajando en un sitio de trabajo diferente de Friends Masonry. Pero el 2 de enero, no lo necesitaban allí. Como no quería perder el salario de un día, le preguntó a un supervisor si podía cambiarse a uno de los otros sitios de construcción de la compañía, dijeron miembros de la familia.

Temprano esa mañana, lo enviaron al sitio donde trabajaba su padrastro, el edificio de apartamentos en construcción en East Morehead Street. Él y su padrastro nunca antes habían trabajado en un edificio tan alto, dijeron sus padres.

Junto a otros cinco hombres, José se subió a la plataforma de un “andamio escalador de mástil” (mast climber scaffold), un dispositivo motorizado que se usa para mover personas y suministros arriba y abajo de las fachadas de edificios altos. El trabajo de José era pasar ladrillos y otros materiales a los albañiles.

Alrededor de las 9:00 a.m., el andamio cedió, según el informe policial. Tres trabajadores en la plataforma pudieron saltar a los balcones, dijeron los familiares de José. Pero José y los otros dos trabajadores no fueron tan afortunados.

Un operador de grúa cercano llamó al 911 para informar lo que vio: después de que cayera el andamio, la gente yacía inmóvil en el suelo.

“Veo tres cuerpos tirados ahí”, dijo. “Espero que no estén muertos”.

Cuando se le preguntó qué sucedió esa mañana, Osman miró hacia el suelo, su expresión facial se tornó sombría. “No me gusta tocar eso”, dijo.

La madre de José describió lo que le dijo su esposo. Después de bajar corriendo los siete tramos de escaleras y ver el cuerpo de su hijastro, Osman quiso ir a su lado, dijo su esposa. Pero un oficial de policía le dijo que no podía.

Poco después, aseguró Iris, un oficial lo llevó aparte para darle la noticia. “Lo siento, Osman, tu hijo falleció”.

“¿Por qué no había seguridad?” Pareja busca un cambio tras la muerte de su hijo al colapsar un andamio
Iris Bonilla (izquierda) perdió a su hijo, José Bonilla Canaca, en el colapso de un andamio a principios de este año. Bonilla, su hija Amy y su esposo Osman Reyes están con una foto de José sosteniendo el primer pez que atrapó. “Todos los días hay un dolor en mi corazón”, dijo Iris. Foto: Melissa Melvin-Rodríguez mrodriguez@charlotteobserver.com

Aferrándose a los recuerdos

En la casa de una sola planta que Iris comparte con Osman, hay pocas cosas que cuelgan de las paredes color verde aguacate de la sala de estar. Pero dos grandes fotografías llaman la atención. Una muestra a José con su brazo alrededor de su hermana, Amy, en su fiesta de cumpleaños número 17 el año pasado. Otro muestra a José con anteojos, la cabeza inclinada y luciendo contento mientras estaba sentado en un bote y sostenía el primer pez que había pescado: una lubina de un pie de largo.

Sentada en un sofá debajo de la fotografía de cumpleaños, Iris se levantó los lentes para secarse las lágrimas mientras recordaba a su hijo.

José perdió a su padre por un ataque al corazón nueve años después de llegar a Estados Unidos, mencionó. Hasta que Iris se casó con Osman en el 2010. A pesar de su dolor por la pérdida de su padre, se convirtió en un hombre amoroso y feliz, dijo su familia.

A las 6:00 p. m., casi todas las noches, llamaba a su madre para preguntarle cómo estaba y decirle que la amaba, dijo.

Le encantaba jugar fútbol, andar en patineta con amigos y pescar en el lago Norman y el lago Wylie. Después de tomarse selfies con los peces que pescaba, siempre los devolvía al agua.

El tío de José, Jorge Bonilla, dijo que era un chico tranquilo al que le encantaba hacer reír a la gente con chistes absurdos.

“Siempre estaba bromeando”, dijo el tío. “Yo me burlaba de él: ‘¡Aquí viene el comediante!’”.

José no planeaba trabajar en la construcción para siempre. Su sueño era convertirse en chef.

En la casa que compartía con un amigo en el este de Charlotte, le encantaba preparar comida italiana, griega y mexicana, aseguró su tío.

Uno de sus platos favoritos: pollo relleno, con arroz, papas y carne molida.

Dos días antes de morir, José habló con su madre por teléfono durante dos horas, aseguró ella. Habló sobre sus metas para el nuevo año y su plan de estudiar para poder convertirse en chef.

“Nunca pensé que sería la última llamada”, dijo.

Un dolor en mi corazón”

En estos días, Iris está tan atormentada por lo que sucedió que a menudo le resulta difícil dormir.

“Todos los días hay un dolor en mi corazón”, dijo. “…Porque nunca volveré a escuchar su voz.”

Osman dijo que estaba tan traumatizado que no volvió a trabajar durante dos meses después de la tragedia. Ha buscado consejería.

“No soy yo mismo”, dijo.

Jorge, el tío de José, también está en la construcción. Es dueño de una pequeña empresa de mantenimiento, que emplea a dos trabajadores para hacer reparaciones, renovaciones, pintura, plomería y electricidad en las casas.

Hoy, asegura, la tragedia todavía lo deja sintiéndose “paranoico por las cosas” en sus lugares de trabajo. Él tiene especial cuidado para cerciorarse de que sus trabajadores estén seguros, dijo.

“Si una pequeña empresa como la mía puede hacer todas estas cosas, ¿por qué una gran empresa no puede hacer lo mismo?”. Preguntó.

Los escritores del Observer, Gordon Rago y Gavin Off, contribuyeron a esta historia.

Esta historia contó con la colaboración de La Noticia. Encuentre este artículo en inglés en The Charlotte Observer.

Reportero de investigación, ganador de más de 60 premios, incluido el premio de periodismo Robert F. Kennedy, el premio de redacción comercial Gerald Loeb y el premio Investigative Reporters and Editors....