Todos los jueves por la mañana mujeres refugiadas venidas de Medio Oriente, Asia, África y otros lugares se reúnen en el edificio ourBRIDGE for KIDS en el este de Charlotte para tejer y hacer ganchillo.
El grupo, organizado por Refugee Support Services, es en parte una iniciativa de desarrollo de la fuerza laboral. Para muchas de las mujeres que participan en Knit Together Group, también es su red de apoyo y su primera fuente de ingresos en Estados Unidos.
“Es un programa holístico y está diseñado para el desarrollo de la fuerza laboral, lo que significa que eventualmente algunas de las mujeres se irán y podrán tener sus propios trabajos. Nuestra esperanza es que posiblemente con sus habilidades, su tejido y crochet, puedan iniciar sus propios negocios. Eso es lo que me gustaría ver”,
dijo la coordinadora del programa, Annie Koch.
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Cuando estas mujeres se reúnen no solo aprenden patrones de tejido. También aprenden sobre negocios; reciben lecciones de inglés gratis y al final del pasillo hay un servicio de guardería.
En esta sesión, hay mujeres de Myanmar, Eritrea e Irak.
Amel Al-Karkhi, quien era costurera en Irak, asiste a las sesiones de tejido con su nieta Fatimah Abd Alglel, estudiante de la escuela secundaria East Mecklenburg.
Abd Alglel interpreta árabe para su abuela, quien está aprendiendo inglés a través del grupo.

“Cuando era pequeña, siempre quiso tejer. Y básicamente aprendió. Ella simplemente observó a otras personas y luego aprendió a tejer sola. Así que nadie le enseñó”,
dijo Abd Alglel.
El grupo le da a Al-Karkhi una salida social y creativa. También le proporciona un pequeño ingreso.
“Cuando se reunió con todas, se volvieron como su familia y aprendió mucho sobre ellas”,
dijo Abd Alglel.
Misgana Gebremedhin, de Eritrea, también describe al grupo como una familia. Es un alivio para ella, después de la soledad y la dificultad de vivir como refugiada.
“Se siente que tienes familia, tienes un grupo. Hablas con ellas y ellas comparten contigo”,
dijo Gebremedhin.
Gebremedhin puede participar en el grupo gracias al programa preescolar Love & Learn, ubicado al final del pasillo.
“Para mí, me da tranquilidad trabajar con un grupo como este porque mi bebé está conmigo. Para las madres y los niños, diría que es un grupo especial”,
destacó Gebremedhin.
La búsqueda de nuevos mercados y fuerza laboral
La esperanza de Gebremedhin es que crezcan las oportunidades de mercado para Knit Together, a medida que las mujeres aprenden más sobre negocios.
“Mi objetivo es conseguir mejores lugares para vender y luego hacer crecer mi talento. Necesito aprender muchas cosas de ellas. Y luego quieren aprender muchas cosas de mí. Vamos a crecer juntas”,
aseguró Gebremedhin.

Por cada artículo vendido, las mujeres obtienen una ganancia. Al final de la mañana, la coordinadora del programa, Annie Koch, explica el sistema a una de las nuevas miembros.
“Obtenemos $10 por sombrero. Y estoy dando cheques. Entregó tres sombreros. Entonces, ella recibe $30 y los pagaremos el 1 de septiembre”,
explicó Koch.
El programa Knit Together depende de los voluntarios para operar y acepta donaciones, como hilo, para mantener los productos rentables. Los artículos se pueden encontrar en los mercados de artesanías en Charlotte y poniéndose en contacto con Refugee Support Services.
Esta historia fue producida mediante una colaboración entre WFAE y La Noticia. Puedes leerla en inglés en WFAE. This story is available in English on WFAE.