Una joven inmigrante quien votó, pese a que no era ciudadana estadounidense, se salvó de pasar 26 años tras las rejas, tras un dictamen judicial.
Diana Patricia Franco Rodríguez, nació en Chihuahua, México, emigró hacia Estados Unidos y se le otorgó el estatus de residente legal permanente en . Según las autoridades, mientras residía en el condado Johnston en , se inscribió para votar como ciudadana estadounidense. En solicitó la ciudadanía americana, y decidió emitir su voto en el condado de Wake mientras su trámite estaba pendiente. La inmigrante fue arrestada en .
Franco-Rodríguez fue acusada de votar ilegalmente, fraude y mal uso de otros documentos, y sobre ella pesaba una condenada de hasta 26 años de prisión y 350,000 en multas.
Finalmente, Franco-Rodríguez fue sentencia por un juez a una pagar multa de 975 y a recibir una evaluación especial de 25, pero no pasará tiempo en prisión.
La joven de 28 años fue una de los 19 inmigrantes acusados por el Departamento de Justicia (DOJ) de votar ilegalmente en las elecciones generales en Carolina del Norte. Al menos nueve de ellos vivían en Estados Unidos como residentes legales permanentes.
Una auditoría de las elecciones realizada por investigadores del estado encontró que solo 41 personas, de 4.8 millones, habían votado ilegalmente.