Leandro Manzo nació en la ciudad de Río Gallegos en Argentina. Desde joven, se acostumbró a ver a otros miembros de su familia pintar y, como otros niños, se sintió atraído por este arte. La diferencia es que Leandro nunca se detuvo. Toda su vida la ha dedicado a lo mismo hasta convertirse en un pintor experto en recrear paisajes, rostros, figuras y “muchas otras cosas”.
“Para mí la pintura son muchas cosas y hace muchos años que la vengo desarrollando. Todos los chicos dibujan y pintan, la diferencia es que yo seguí pintando. Esto es un gran amor para mí. Es un lenguaje que me permite expresarme, que me permite conocerme y conocer. Es un espejo y una gran herramienta”, comentó el artista a La Noticia.
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Leandro Manzo: “Fui cabeza dura y seguí para adelante”
Para Leandro, no solo se nace como artista, este se hace del sacrificio de despertarse todos los días y dedicarse a ello. Aprender cosas nuevas, combinar colores, texturas, formas y sobre todo nunca dejar de estudiar.
En su familia había otros miembros que se dedicaban a la pintura, pero solo como un pasatiempo o un oficio de medio tiempo. Su abuelo fue pintor y arquitecto, su padre profesor de literatura y también pintaba. Una de sus tías, quien era odontóloga y compartía esta pasión por pintar, fue quien le entregó su primer caballete con pinceles.
“Tuve un buen contacto con las artes, aunque mi familia no estaba muy contenta de que yo me dedicara a esta profesión. Yo creo que más bien es porque sabían lo difícil que es. Ya a los 17 años me empecé a vincular con otros artistas que eran reconocidos en Argentina como Leopoldo Presas y Martínez Howard, ellos me ayudaron y con esa amistad me fui fumando y nutriendo. Así fue al principio”, comentó.
A pesar de los consejos de su familia, Leandro se dedicó exclusivamente a la pintura. Su primera exhibición ante un jurado fue hace 40 años. En 1983 mostró sus obras en el Museo de Artes Visuales de Quilmes (Argentina).

“Yo siempre fui cabeza dura y seguí para adelante”, comentó el artista, quien mostró a La Noticia algunas de sus obras y aseguró que parte importante de su tiempo lo ha dedicado y aún continúa dedicando a pintar. Cuenta con un estudio en Charlotte, pero también se dedica a este oficio en otras ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.
Vender no es fácil para un artista
Aunque para él, pintar es lo que le gusta y lo que sabe hacer con facilidad e inspiración, considera que para un artista lo más difícil es “vender” su arte.
“Mi vida como pintor no fue tan sencilla al principio. Si se vendía mi trabajo, pero yo no soy un gran vendedor. No tengo esa cosa de vendedor, de saber vender, yo vendo el trabajo por consecuencias. Hay trabajos que hice hace 10 ó 15 años y que apenas se venden ahora. En ese momento a la gente no le gustaba, luego fue que se vendieron y en series completas. A veces compran 10 o 20 cuadros al mismo tiempo y son obras de hace muchos años”, dijo.
Actualmente, Charlotte es una de las ciudades principales en las cuales el pintor vende sus obras. Llegó a la Ciudad Reina por casualidad. En el 2002 expuso sus pinturas en una exhibición de Miami, Florida. Allí consiguió a un comerciante interesado en su trabajo, quien lo invitó a Carolina del Norte para formar parte de una presentación colectiva de artistas latinoamericanos.
Su participación fue un éxito y se quedó en Charlotte. “Me gustó la ciudad. Apenas llegué me encantó. A los seis meses de llegar hice una exhibición en otra galería muy conocida para esa época, lamentablemente cerró, se llamaba Noel Gallery. Era sobre paisajes de Charlotte y otras cosas. Así fue el inicio en Charlotte”. Esto fue hace 20 años.
En la ciudad, el artista ha exhibido sus pinturas en Elder Gallery, (Eternal) LaCa Projects Charlotte, (Mar de Mares) LaCa Projects, LaCa Projects (Collective I y II), Bank of America de Charlotte, McColl Center, Blue Restaurant Uptown y Coffey & Thompson Gallery.
Para conocer más sobre el trabajo del artista puedes visitar el siguiente enlace o seguirlo en sus redes sociales como @leandromanzoart.
¿De qué tratan las pinturas de Leandro Manzo?
Al recorrer el estudio de Leandro Manzo se pueden ver algunas de sus obras. Cada una de ellas se centra en un tema específico y se pueden observar ambientes, rostros, las siluetas de una mujer, formas aleatorias, entre otras. La razón: su inspiración varía en todo momento.
“Todo es inspiración, pero depende de todo lo que veamos o con lo que estemos vibrando en ese momento. La vida en realidad es acelerar el motor. Son las interrogantes que nos hacemos. No hay una sola cosa. La vida es la materia con la que uno hace su obra”, explicó.
La figura femenina forma parte de muchas obras del pintor. Indicó que esta representa la belleza. “Tengo cuadros con muchas mujeres. La mujer siempre representó la belleza y a mí las mujeres me parecen como en un punto de que son más inteligentes que los hombres, que están más cerca de algo, aunque no lo sepan. Siempre me cautivó la mujer”.

Sobre la elección de colores, el pintor explicó: “La paleta va cambiando de colores, a veces uno empieza a ver el azul y se enamora de los azules, después se enamora de otro color. Hay colores que son más fetiches, como el amarillo o el magenta, pero en otra época eran otros”.
Ser pintor es un compromiso a largo plazo
Hoy, luego de más de 40 años exponiendo su arte y toda una vida pintando, Leandro explica que su profesión, al igual que muchas otras, nunca termina y debe practicarse y aprenderse todos los días.
Para Leandro, una de las críticas sobre el arte contemporáneo es que muchos artistas olvidan la importancia de estudiar y aprender cosas nuevas. “Hay una confusión desde la última década y me parece que hay muchos artistas y pocas obras de arte”.
“Yo disfruto lo que hago y mucho, pero en los últimos años se ha degradado mucho el tema de qué es arte y qué no es arte y cualquier cosa es artista. Está todo mezclado. No hay jerarquía, vale todo, pero para mí cualquier cosa no es arte. Tiene que tener determinadas condiciones para que sea arte”, opinó.
La enseñanza de Leandro para los jóvenes interesados en la pintura es continuar estudiando el arte y entender que se trata de una profesión que requiere años de compromiso.
“Nunca se termina de estudiar y siempre se descubre algo nuevo. Es inagotable si transitas por el camino correcto. Se requiere estudios, conocimientos, destreza técnica, ejercicio de inteligencia. Pintar no es agarrar una tela y ya. Es un compromiso a largo plazo, para toda la vida. Es un destino y no es tan sencillo irse por este camino, porque de este camino no te jubilas”, consideró.