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Carolina del Norte, a pesar de no ser un estado fronterizo, está entre los primeros diez que más niños menores no acompañados recibe. Las estadísticas indican que delante están los lugares más obvios, pero encontrar a este rincón del sureste es toda una sorpresa.

Como es de esperarse, Texas, California y Florida, lideran en este tipo de cifras. Sin embargo, en un reporte de The Center Square se reveló que Carolina del Norte ocupa el noveno lugar en el número de Menores No Acompañados (UAC, por sus siglas en inglés) registrados desde el año fiscal 2015, totalizando 21,772.

Este número va en aumento conforme suben también los asentamientos de migrantes en todo el país. Así, en el año fiscal 2023, Carolina del Norte recibió 4,766 UAC, pero antes de eso hubo 610 UAC en el 2020; 4,249 en el 2021; y 4,888 en 2022.

¿Por qué Carolina del Norte recibe tantos niños no acompañados?

La mayoría de los niños extranjeros llegan a la frontera entre Estados Unidos y México y, por diversas razones, encuentran su camino hacia Carolina del Norte. La Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), que es responsable de su atención.

Texas, California, Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Georgia y Virginia, son los primeros donde llegan los menores a encontrarse con patrocinadores. No obstante, la razón por la que Carolina del Norte sea el próximo en esa lista, se debe a que no todos los UAC se envían a los patrocinadores. Muchos niños se envían a instalaciones administradas por organizaciones no gubernamentales que reciben decenas de millones de dólares de los gobiernos federal y estatal para atenderlos y darles refugio.

En datos recientes se indica que el estado recibió 528 UAC, pero en un detalle por condado la ORR informó que Carolina del Norte recibió 196 UAC. Fueron enviados a patrocinadores en los condados de Mecklenburg (141) y Wake (55). El resto, están repartidos en instalaciones como ONG's.

Menores no acompañados representan un desafío para el país y enfrentan peligros

En tan solo el último año la ORR registra que ha atendido a más de 409,550 niños en todo el país, de los cuales la mayoría son varones en una proporción de 70 a 30. De acuerdo con la ley federal, se les debe proporcionar comida, refugio y atención médica bajo su custodia. Luego, solo se deben entregar en entornos seguros con patrocinadores, que generalmente son miembros de la familia.

El problema es que los recursos no son ilimitados y muchos niños colapsan los espacios que ocupan. En medio de ese proceso no solo hay denuncias de deficiencias en la supervisión de la ORR, sino también acusaciones de abuso sexual de niños en instalaciones contratadas. También se cuenta la pérdida de seguimiento a esos menores migrantes una vez que están en el país.

Tal parece que algunas situaciones graves que se cuentan son poca o nula atención a la salud, tráfico laboral y sexual, y otras experiencias no deseadas.

Este escenario no es más que un llamado a la atención sobre la urgencia de ajustes para implementar mejores prácticas en pro de la protección de los menores, tanto en las instalaciones de albergue, como en a quién se les entregan una vez que los liberan. Algunos estados como Florida están promulgando reformas para aumentar las penas por trata de personas y mejorar la supervisión de instalaciones y contratistas que trabajan con agencias federales. ¿Será esto suficiente?

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com