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Este jueves, la Oficina del Censo informó que en el conteo de 2020 la población latina tuvo una tasa de casi 5%, una cifra menor a la real.

A pesar del conteo incompleto, la comunidad latina en Estados Unidos representó el 4.99% de la población, más del doble a comparación del 1.54% del censo de 2010.

La Oficina del Censo señaló que los estudios “mostraron la solidez del conteo para el total de la población de Estados Unidos, cada análisis reveló que el censo del 2020 contó de más o de menos a varios grupos demográficos”.

¿La comunidad latina fue la única mal contada?

Se estima que la tasa de población afroamericana calculada en 2020, que fue de 3.3%, también tiene margen de error debido a que no es considerada “estadísticamente diferente” del 2.06% de 2010.

Otro caso fue el de la población de los indios estadounidenses y nativos de Alaska que viven en reservas, que tuvieron un conteo del 5.6%.

En contraparte, la comunidad blanca no latina presentó un crecimiento  “estadísticamente significativo” al llegar a 1.64 %, en comparación con el 0.83 % de 2010.

Según los informes, los asiáticos tuvieron un conteo excesivo neto de 2.6%.

“Los resultados muestran que el censo del 2020 contó por debajo de la realidad a la población negra o afroamericana, a la población indígena de las Américas o nativa de Alaska que vive en una reserva, a la población hispana o latina, y a las personas que informaron ser de alguna otra raza”, explicó la dependencia.

¿Cómo afecta un mal conteo a las diferentes poblaciones?

Un mal censo altera los recursos y presupuestos que el gobierno pueda destinar a cierta comunidad. Es por eso que organizaciones han pedido a la Oficina del Censo que realice bien sus conteos para que todas las poblaciones sean contempladas de igual forma.

“Persiste un conteo irregular a la baja para las comunidades negras e hispanas, las poblaciones de indígenas americanos y los nativos de Alaska que viven en reservas, y los niños”, dijo Wade Henderson, CEO de The Leadership Conference on Civil and Human Rights.

“Hacemos un llamado a la oficina (del censo) para que trabaje con las partes interesadas y repensar fundamentalmente sus operaciones sobre cómo se cuentan las personas para garantizar que nadie se pierda en el censo”, agregó.

Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM. amendoza@lanoticia.com