Cindy Romina Mansilla llegó a Estados Unidos desde Venezuela con la idea de aprender inglés y regresar. Pero pronto descubrió que su vocación iba más allá del aula. Participar en un voluntariado fue el primer paso para descubrir nuevas oportunidades que la llevaron a convertirse en una figura clave del sector bancario en Charlotte. Allí ha sido clave en la inclusión de profesiones y clientes latinos durante casi dos décadas.
A pesar de que su padre era gerente de un banco en Venezuela, Cindy no consideró seguir una carrera en el sector bancario. En cambio, decidió estudiar ingeniería en computación y complementar su formación aprendiendo inglés en el extranjero. Esta decisión la llevó a emigrar en 1996, con 23 años, a Florence, Carolina del Sur, donde ingresó a Francis Marion University. Recuerda que sus primeros meses allí no fueron fáciles.
Superó la barrera del idioma, la soledad y los prejuicios
“Fue duro porque el número de latinos era muy poco. Yo era quizás una de las únicas venezolanas que vivía allí en el pueblo. El cambio cultural y la falta de familia también fue duro, durante el primer mes lloraba todos los días. Pero, en Venezuela, tenía a esa madre que me decía ‘tú puedes’, ‘no te dejes’, ‘eso es temporal’ y ‘mira hacia adelante, y no hacia atrás’. Esto me ayudó y luego empecé a entender que era yo que tenía que adaptarme, así que comencé a disfrutar del ambiente a pesar de no saber el idioma y que ciertas personas en el camino se burlaban de mi acento”, recordó.
Ese año de soledad y barreras con el idioma y la cultura, le hizo replantearse la idea de aprovechar sus habilidades en computación. Se ofreció como voluntaria en la oficina de tecnología de la universidad, ayudando a profesores a utilizar herramientas digitales y este fue el inicio de oportunidades que no dejó pasar.
“Ellos no hablaban nada de español, así que fue una oportunidad para aprender más inglés mientras hacía el voluntariado”, dijo.
Sin conexiones ni recursos, “aproveché cada oportunidad”
Su determinación la llevó a obtener una beca para estudiar una maestría en negocios y, con ello, oportunidades laborales dentro del sistema universitario.
“Siento que tuve muchas oportunidades que supe aprovechar, porque si no hubiese hecho el voluntariado, no hubiera tenido la oportunidad de la beca y sin la beca no me habría podido quedar en Estados Unidos. No habría podido costear esos estudios y mis padres no tenían el dinero para ofrecerme esa educación. Entonces, aunque las cosas fueron difíciles, no fueron imposible porque aproveché cada oportunidad”, explicó.
Al terminar sus estudios, Cindy se mudó a Charlotte para integrarse a un programa de desarrollo gerencial en Circuit City. Poco tiempo después se convirtió en la gerente de la tienda.
Con el paso del tiempo comenzó a cuestionarse cómo seguir creciendo profesionalmente y cuál sería el próximo paso en su carrera. La repuesta llegó por sí sola de forma inesperada.
“En un viaje a Venezuela en el 2006, leí una revista en el avión que decía que Wachovia Bank era uno de los mejores lugares para trabajar para mujeres. Ese artículo me llamó la atención y mientras lo leía, me parecía más interesante. Me dije que al regresar de las vacaciones iba a explorar cambiarme al sector bancario. Luego de la primera entrevista no acepté porque no llegamos a un acuerdo con el salario, pero a los meses volví a aplicar, pero esta vez no como banquera, sino como gerente”, indicó.
Transformó su trabajo en un puente para latinos
Ese año se unió a Wachovia, que luego se fusionó con Wells Fargo. Trabajó durante 15 años en una sucursal en South Boulevard, un sector con alta presencia latina.
“Pasé de un ambiente universitario a un ambiente corporativo. Y esto, para mí, significó comenzar de nuevo. Era un reto, pero también una oportunidad porque había pocos gerentes bilingües y sentía que podía ayudar a diversificar la agencia y ayudarles a entender la cultura de los latinos y durante esos años, pude crecer y ayudar a crecer a los latinos, tanto como clientes como trabajadores del banco”, indicó.
Romina considera que gracias a sus esfuerzos y compromiso abrió espacio para otros latinos. Estima que a través de esto se logró la contratación de más de 100 latinos y logró que el 90 % de los empleados de la agencia sean de herencia latina de países como México, Honduras, El Salvador, Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia.
“También tuve afroamericanos e hindúes. Nos convertimos en una agencia multicultural para prestar mejor servicio al cliente. El 60 % comenzó como cajeros y hoy en día me siento orgulloso de que sean gerentes de banca. Y en el caso de mis clientes, me da gusto que los apoyé desde un inicio cuando abrieron sus cuentas, hasta el momento en el que compraron una casa”, añadió.
Referente latina en el sector bancario
En el 2022, Romina fue ascendida de gerente local a gerente regional y consejera financiera, donde continúa apoyando a clientes y colegas en su crecimiento. Estima que han sido más de 50,000 los clientes que ha atendido a lo largo de su carrera, brindándoles orientación financiera personalizada y ayudándolos a alcanzar metas como la compra de vivienda, el ahorro o el inicio de pequeños negocios.
“De mis clientes latinos he aprendido que ellos siempre están dispuestos al crecimiento y son buenos para producir porque son muy trabajadores. Tienen la habilidad de escuchar y seguir los pasos necesarios, sin importar su nivel de educación. Por eso siento que, con la asesoría adecuada, muchos de ellos llegarán muy lejos”, indicó.