Los colegios electorales son el mecanismo establecido en la constitución de nuestro país, a través del cual se hace la elección del presidente y el vice-presidente cada cuatro años. Si bien en casi todos los países del mundo las elecciones son universales, directas y secretas, en nuestro caso sólo se cumplen 2 de ellas, porque al utilizar este mecanismo, los electores no eligen directamente a quienes serán líderes del poder ejecutivo de Estados Unidos.
Cuando los electores salen a votar por estos dos cargos, lo que ejercen es una manifestación nacional de voluntad que se le presenta a los representantes del colegio electoral, quienes verdaderamente elegirán por quién vota cada estado tanto para presidente como para vice-presidente, por este motivo, técnicamente la gente no elige de manera directa, sino que debe pasar por los colegios electorales y serán ellos quienes tengan la última palabra.
Según Pamela Romney Openshaw en su libro: “Promesas de la constitución, ayer, hoy y mañana“, Cuando este mecanismo fue establecido, nuestro país vivía una situación completamente diferente y la preocupación del momento era que el analfabetismo y la falta de educación general de la población, se convirtiese en un problema para elegir a personas preparadas para el trabajo.
Ese sin embargo no es el caso hoy en día, y aunque teóricamente los colegios electorales pudiesen dar un resultado diferente al manifestado por la población del estado, en la práctica hay suficientes precedentes como para que el sistema de justicia invalide una decisión, en tanto y en cuanto esta perjudique los derechos y la voluntad de los electores.
Los colegios electorales están conformados por grupos de “electores“ o representantes, cuyo número depende de la cantidad de congresistas y senadores que tenga cada estado (entonces en total serían 538), y la legislatura de cada estado decide los procesos internos para elegir a sus representantes.
En más de una ocasión ha habido representantes que han votado diferente a los resultados obtenidos en el distrito que representan, sin embargo, nunca ha ocurrido en una medida que incidiera en el resultado global de una elección.
Para que sean elegidos el presidente y el vice-presidente, deben obtener la mayoría de representantes de colegios electorales a nivel nacional que sea posible. En caso de que ningún candidato lo logre, la cámara de representantes elige al presidente, y el senado al vice-presidente.
El debate sobre la idoneidad y vigencia temporal de los colegios electorales tiene muchísimo tiempo en la agenda pública. Bajo este sistema, no necesariamente el presidente electo recibe la mayoría de los votos de la población estadounidense porque lo importante es la cantidad de representantes de colegios electorales, tal y como ocurrió en las elecciones del 2016, donde a pesar de que Donald Trump ganó la mayoría de los colegios electorales tal y como establece la constitución, fue Hilary Clinton quién obtuvo la mayoría de los votos populares.
Además del gerrymandering, este es uno de los elementos más controversiales de nuestro sistema político y del que muchísimas generaciones de presidentes han hecho propuestas de cambio, pero gracias al gran trabajo que representa y el alto costo político que implica para un candidato, nadie ha podido sacar adelante reformas sustanciales al respecto.
Es importante a la hora de evaluar todos los elementos del funcionamiento de nuestro sistema que lo importante a efectos de derechos políticos y respeto a la voluntad del elector no es solamente el resultado de un proceso electoral, todos los procesos tienen que basarse en la idiosincracia política de un país y estar diseñados de tal manera, que cuando cualquier estadounidense salga a votar, se sienta respetado y representado en cada parte del proceso.