La muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg ha ocasionado una disputa entre demócratas y republicanos, en la búsqueda del nombramiento del o la siguiente juez en la Corte Suprema de Justicia. No es para menos, quien sea elegido puede marcar la tendencia judicial de la próxima década.
Las decisiones de la Corte Suprema constituyen precedente jurídico, los que obliga a todas las demás cortes a respetarlas. Además, sus fallos tienen la capacidad de derogar leyes.
Con esto en mente, vale la pena recordar cómo se elige un juez del máximo tribunal del país.
¿Cómo está compuesta la Corte Suprema?
La corte se compone de un presidente (Chief Justice) y ocho jueces asociados (Associate Justices), que son nombrados por el presidente y confirmados mediante el “consejo y consentimiento” del Senado.
Los jueces nombrados para el tribunal ocuparán el cargo de por vida y sólo pueden ser destituidos por el Congreso mediante un proceso de impugnación (impeachment). Los jueces pueden renunciar a su cargo por voluntad propia.
Ningún juez de la Corte Suprema ha sido destituido de su cargo, aunque muchos se han retirado o renunciado.
La Corte Suprema es la única corte establecida por la Constitución. Todos los demás tribunales han sido creados por el Congreso.
La Corte posee la facultad de revisión judicial y la facultad de declarar inconstitucionales leyes federales o estatales y actos de los poderes ejecutivos federal y estatales. Sus decisiones no pueden ser apeladas.
¿Quién nomina a un juez de la Corte Suprema?
La atribución del nombramiento de sus miembros le corresponde al presidente. Como regla general, el presidente nombra a una persona que comparta sus ideales político-judiciales. Sin embargo, históricamente hasta antes de la Administración Trump, el presidente solía buscar un candidato que sea aceptado tanto por liberales como por conservadores, ya que un candidato cuyos pensamientos sean considerados demasiado extremos pueden ser rechazados por el Senado.
En algunos casos, las decisiones de los jueces pueden ser lo opuesto a lo que el presidente esperaba de él o ella cuando lo nominó.
¿Quién aprueba al nominado?
Todos los nominados a la Corte Suprema necesitan el “consejo y consentimiento” del Senado.
El Comité de Asuntos Judiciales lleva a cabo las audiciones para examinar la calidad del nominado. Posteriormente, el pleno del Senado considera la nominación.
¿Alguna vez se han rechazado nominados?
Se requiere de mayoría simple para confirmar o rechazar al nominado. Doce nominados han sido explícitamente rechazados por el Senado. El más reciente fue en 1987, cuando el Senado rechazó a Robert Bork. En 1991, la nominación del juez Clarence Thomas fue casi rechazada debido a imputaciones de índole sexual, pero el nominado finalmente fue aprobado con una votación de 52 a 48.
En algunos casos, el Senado puede rechazar a un nominado al no votar por él. Por ejemplo, la minoría puede utilizar la técnica del “filibusterismo” (alargamiento del debate por varios días). Además, el presidente puede retirar un nombramiento si ve claramente que el nominado no será confirmado. Por ejemplo, el presidente George W. Bush retiró la nominación de Harriet Miers luego de críticas por parte de sectores republicanos.
¿Cuánto tarda el proceso de confirmación?
Hasta la década de los ochenta, el proceso de confirmación de los nominados era relativamente corto, en alrededor de un mes se decidía si el nominado integraría la corte o no. Sin embargo, a partir de la presidencia de Ronald Reagan, el tiempo del proceso de confirmación se ha extendido.
Se ha estimado que ello puede deberse a la percepción pública de que los jueces de la Corte Suprema tienen mucho poder.