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“Veinte años, toda una vida que hemos trabajado y perdimos todo lo que hemos hecho”, dice entre lágrimas Verónica Ríos, residente del parque de casas móviles, Alan Campos, ubicado cerca del río Swannanoa, una de las zonas más afectadas por el huracán Helene en Carolina del Norte.

Más de 30 casas móviles están en el lugar que alberga principalmente a inmigrantes de México y Centroamérica. Para estas familias, la madrugada del viernes 27 de septiembre, marcó un antes y un después en sus vidas. El huracán Helene trajo intensas lluvias y fuertes ráfagas de viento, lo que provocó el desbordamiento de los ríos. Algunos vecinos apenas escaparon con vida después de que las aguas y el lodo alcanzaran sus casas móviles.

“Estaba lloviendo muy fuerte, había mucho viento y la lluvia estaba tirando árboles. Como a las 5:30 a.m. llegaron los bomberos a tocar a las puertas para decirnos que evacuáramos, porque el río iba a crecer demasiado y estábamos corriendo peligro. La mayoría de nosotros salimos, pero alguna gente se aferraba a quedarse. Algunos salieron nadando, muchos perdimos nuestros animalitos, se ahogaron porque ya no pudimos sacarlos”, recuerda Ríos, quien narra la escena visiblemente consternada.

María Salgado, quien vive en el lugar desde hace más de 18 años, dice que nunca había experimentado una situación similar. Recuerda que todo fue muy rápido, no pudieron salir del conjunto porque el camino quedó bloqueado. Así que su familia decidió regresar para tratar de ayuda a los vecinos que estaban atrapados.

“El agua ya nos llegaba aquí, arribita de la cintura, y así nosotros nos arriesgamos a sacar a una señora mayor, de unos 85 años, y los vecinos nos ayudaron también a nosotros a sacarla a ella”, menciona Salgado a La Noticia.

Verónica Ríos agrega que por lo menos uno de los vecinos habría perdido la vida, pues quiso rescatar su vehículo y nunca más supieron de él.

Huracán deja en ruinas a familias
“Damos gracias a Dios porque estamos vivos”, dice María Salgado, quien trata de motivar a sus vecinos a sobrellevar esta tragedia. Foto: La Noticia.

Devastación del huracán deja a familias en necesidad

Luego de la tormenta, poco a poco comenzó a retroceder el agua que había copado múltiples vehículos, y buena parte de las casas móviles, llegando hasta cubrir las camas de la familia Ríos. 

“La mayoría de nosotros perdimos nuestras cosas que hicimos con tanto sacrificio”, lamenta Verónica. “Mis carros se afectaron, tres carros, se inundaron completamente, ya no arrancan. Ahorita, estamos viendo a ver si responden los que tienen seguro, y bueno, los que no, pues, se perdieron completamente”.

Los caminos quedaron enlodados, además se interrumpió el servicio eléctrico, de agua potable, alcantarillado y teléfono.

“Con mucho esfuerzo logramos pagar nuestra casita y pues mire, en un abrir y cerrar de ojos todo, todo perdimos, pero, damos gracias a Dios que tenemos vida”, agrega María Salgado.

Los vecinos comenzaron a sacar sus pertenencias para que se sequen, pero la humedad hizo que en cuestión de horas, tanto las pertenencias como las viviendas se llenaran de moho. De hecho, en nuestro recorrido, tuvimos que usar mascarillas para ingresar a las viviendas por el intenso olor a moho.

“Estamos sin agua, sin luz, sin modo de cocinar, porque, pues, la luz es lo principal y el agua, sin bañarnos. Tengo una vecina que se quedó sin nada, ni ropa interior, porque todo se volteó”, asegura Verónica.

Huracán deja en ruinas a familias 3
Pese a que los vecinos de este conjunto de casa móviles no pueden habitar sus hogares, denunciaron que se les sigue cobrando el alquiler. Foto: La Noticia.

Les siguen cobrando el alquiler aunque sus casas están inhabitables

Las necesidades de estas familias van más allá de los servicios básicos. Muchos están en busca de un lugar a donde ir.

“Ahorita andamos viendo dónde movernos, porque se supone que el olor está muy fuerte. Todos estamos en la misma situación, que hemos buscado hotel o una casa y no hemos encontrado nada fácil porque nos ponen muchos peros, por lo mismo de que somos inmigrantes”, menciona Verónica.

La situación se complica, pues los vecinos del parque de casas móviles, Alan Campos, aseguran que la administración del lugar sigue implementando un cobro automático por el pago del alquiler, pese a que muchas de las viviendas no están en condición de ser habitadas y los inquilinos se quedaron sin fuentes de ingresos.

“Prácticamente, nadie está trabajando y no sabemos cómo vamos a pagar la renta, el agua, la luz, porque los ‘billes’ (las cuentas) vienen y nadie nos va a esperar. Como yo le dije a la manager, ¿qué (pasará) si yo no tengo dinero para pagar?, me dijo que ella no sabía, y pues no sabemos qué vamos a hacer”, dijo a La Noticia María Navarro, otra de las vecinas afectadas.

En general, los inmigrantes indocumentados no pueden acceder directamente a programas federales de ayuda. Sin embargo, los padres o tutores legales de algún menor de edad, que sea ciudadano estadounidense, pueden solicitar asistencia de agencias como FEMA, en representación del menor, siempre y cuando vivan en el mismo hogar. Este no es siempre el caso en esta comunidad de Swannanoa.

Hoy, las familias del parque de casas móviles, Alan Campos, se enfrentan a un futuro incierto, pues además de las necesidades inmediatas y básicas de insumos como agua, alimentos o productos de limpieza, saben que necesitan una oportunidad para reconstruir sus vidas.

Verónica aspira a que esta tragedia conmueva a las autoridades federales y se les permita trabajar legalmente a los damnificados. “Que nos den una ayuda económica o que nos den algún permiso de trabajo para buscar la solución y salir adelante”.

Huracán deja en ruinas a familias 4
Más de 30 casas móviles están en el parque de casas móviles, Alan Campos, que alberga principalmente a inmigrantes de México y Centroamérica. Foto: La Noticia.
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Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com