La nueva variante de coronavirus que está causando pánico mundial se llama Ómicron. La identificaron los científicos sudafricanos esta semana y ya empezaron a conocerse casos en países como Bélgica, Botsuana, Hong Kong e Israel.
Al momento no hay indicios de que la variante haya llegado a Estados Unidos.
La provincia más poblada de Sudáfrica evidenció un brote de esta nueva versión del coronavirus, aunque no está claro dónde surgió la nueva variante. El aumento de casos fue calificado como "exponencial", ya que pasaron de 200 la semana pasada a 2,465 el jueves. Fue así como descubrieron la nueva variante, tratando de explicar el impulso.
¿Por qué preocupa tanto la variante Omicron?
La nueva variante parece tener un número elevado de mutaciones —unas 30— en la proteína espicular. Esto podría afectar la facilidad con que se trasmite entre la gente.
Sharon Peacock, quien ha liderado la secuenciación genética del COVID-19 en la Universidad de Cambridge, dijo que los datos conocidos hasta ahora indican que la nueva variante tiene mutaciones "congruentes con la elevada trasmisibilidad". Pero aclaró que "aún no se conoce el sentido de muchas de las mutaciones".
El virólogo Lawrence Young, de la Universidad de Warwick, dijo que la variante es "la versión más fuertemente mutada del virus que hemos visto hasta ahora". El hecho preocupante es que la variante, aunque ha sido detectada en bajos niveles en Sudáfrica, "parece extenderse rápidamente".
¿Es más transmisible y peligrosa que las demás variantes?
Los científicos saben que la nueva variante se distingue genéticamente de las anteriores como la beta y la delta. Sin embargo, ignoran si estas alteraciones genéticas la vuelven más trasmisible o peligrosa.
Otro aspecto aún desconocido es si las vacunas existentes siguen siendo eficaces.
Hasta ahora no hay indicios de que la variante cause una enfermedad más grave. Los expertos sudafricanos dicen que, tal como sucede con las otras variantes, algunos enfermos no exhiben síntomas.
Aunque algunas de las alteraciones genéticas son de cuidado, aún no está claro si el virus significa una amenaza significativa para la salud pública. Algunas variantes anteriores, como la beta, preocuparon inicialmente a los científicos, pero no se extendieron demasiado.
François Balloux, director del instituto de genética del University College de Londres, dijo que era imposible pronosticar si el virus era más peligroso o infeccioso exclusivamente sobre la base de su composición genética.
¿Qué esperar más adelante?
La Organización Mundial de la Salud convocó a una reunión de expertos que decidirán si es necesario designar la variante interés o de cuidado. En ese caso, probablemente la llamarán con una letra del alfabeto griego, de acuerdo con el sistema vigente.
Las variantes de interés, que incluyen actualmente la mu y la lambda, tienen cambios genéticos que se sabe que afectan la trasmisibilidad y la gravedad del mal y fueron identificadas como la causa de racimos significativos en varios países.
Las variantes de cuidado, que incluyen la alfa, beta y delta, son las que se trasmiten más fácilmente, causan un mal más grave o restan eficacia a las herramientas actuales.
Hasta la fecha, la delta es de lejos la variante más transmisible del COVID-19, pues constituye más del 99 % de las secuencias enviadas a la base de datos más grande del mundo.
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