Todos sabemos que nuestro país no se organiza bajo un sistema centralizado sino federal, lo cual significa que cada estado goza de cierta autonomía para tomar decisiones en temas acordados por todos los estados, pero ¿cómo funciona en la práctica?
Nuestro país es una unión resultante de la voluntad de 50 estados diferentes por conformar una sola nación, con claras limitantes sobre qué cosas son responsabilidad del gobierno federal y qué cosas responsabilidad del gobierno local, y por eso es federal, porque en muchos temas la última palabra no la tiene el presidente, sino el gobernador.
Nuestra forma de gobierno es presidencialista y el poder está dividido en tres ramas diferentes: El ejecutivo, el legislativo y el judicial. Los tres funcionan de acuerdo a como dictamina la Constitución, y se encargan de ejecutar las decisiones federales, es decir, aquellas que aplican para todos los estados y que están por encima de poder del gobierno local porque recaen en el interés global de la nación y que resulta estratégico para mantener los mismos estándares sobre temas estratégicos a nivel nacional.
Como nuestro país goza de un sistema legal de tipo common law en lugar de civil law, la constitución no está organizada de tal forma que toda la organización política y legal del país se encuentre detallada en dicho documento, sino que estructura los lineamientos fundamentales para que el país se mantenga constituido, y es la legislación federal la que determina cuáles son las leyes federales que se aplican a todo el país.
El objetivo principal del gobierno federal es mantener la unión de todos los estados y garantizar que los lineamientos más importantes para el estado, se respeten de manera similar en cada jurisdicción estatal, porque si bien existe autonomía en cada territorio, deben arraigarse elementos en común para generar una identidad nacional al mismo tiempo.