La esquizofrenia es un trastorno mental grave que se manifiesta en las personas desde etapas iniciales con síntomas que ayudan a establecer un tratamiento adecuado.
La enfermedad se caracteriza por una desconexión de la persona y confusión de la realidad. Por lo tanto, determina los pensamientos, sentimientos y comportamiento de los enfermos.
Un punto de atención es que la esperanza de vida de las personas con esquizofrenia es de hasta 20 años menos que la población general. Por ello, un diagnóstico a tiempo puede mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
El problema es que los síntomas relacionados con la enfermedad aparecen en edades tempranas, pero su diagnóstico tarda varios años en parte por miedo de las personas a enfrentar la realidad de sus familiares.
Casi un 80 % de los casos de esquizofrenia están relacionados con factores genéticos, aunque también influyen situaciones como: la exclusión social, el aislamiento o la migración. Sin embargo, la complejidad de esta enfermedad aún deja poco visible las causas que la originan.
¿Cuáles son los síntomas de la esquizofrenia?
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud Mental, algunas personas comienzan con irritabilidad o tensión, dificultad para concentrarse, dormir y necesidad de aislamiento.
Sin embargo, en un plano más específico se diferencia entre síntomas positivos y síntomas negativos.
Los positivos son aquellos que no se ven en las personas sanas, pero pueden estabilizarse con el tiempo. Según el Instituto Nacional de la Salud Mental incluyen:
- Alucinaciones: el paciente ve, oye, huele, sabe o siente cosas que no son reales.
- Delirios: la persona cree cosas que no son ciertas.
- Alteraciones del pensamiento: el enfermo hablar de una forma que no tiene sentido.
- Trastornos del movimiento: cuando una persona exhibe movimientos corporales anormales o, en el otro extremo, puede dejar de moverse o de hablar por algún tiempo, un estado poco común llamado catatonia.
Un niño puede comenzar a reflejar síntomas de la esquizofrenia desde los 5 años de edad. Por su parte, los adolescentes lo evidencian a partir de los 16 y los adultos entre 25 y 30 años.
En cambio, los síntomas negativos están relacionados con el comportamiento social y los déficits cognitivos que empeoran en un deterioro progresivo:
- Hablar con voz apagada.
- Falta de expresión facial, como una sonrisa o el ceño fruncido.
- Dificultad para sentir la felicidad y disfrutar de las cosas que antes le gustaba realizar.
- Problemas para concentrarse, planificar y mantener una actividad cotidiana.
- Falta de energía y de interés por las cosas, lo que se conoce como apatía.
- Dificultad para relacionarse con otras personas.
¿Cuál es el tratamiento de la esquizofrenia?
Usualmente los medicamentos en el tratamiento de la esquizofrenia incluyen:
- antipsicóticos (para controlar los delirios o las alucinaciones),
- antidepresivos (que mantienen el estado de ánimo)
- y ansiolíticos (tranquilizantes).
Adicionalmente, se combina con terapia psiquiátrica con asistencia social, familiar y psicológica, según sea el caso.
En los casos de gravedad puede ser necesario internar a los pacientes en un centro especializado. La hospitalización permite garantizar la seguridad y seguimiento del tratamiento de forma adecuada, ya que algunos pacientes se niegan a tomar sus medicamentos.
Algunas consecuencias de la enfermedad sin tratamiento puede conllevar al abuso de drogas, alcohol o intento de suicidio, por lo que los esquizofrénicos necesitan de mucho apoyo en su círculo familiar.
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Los pacientes diagnosticados con esquizofrenia requieren tratamiento de por vida, incluso a pesar de que los síntomas desaparezcan.
Desafortunadamente, la esquizofrenia no se puede prevenir. Sin embargo, los síntomas se pueden prevenir tomando los medicamentos correctamente y con las terapias necesarias.