Estar distanciado de seres queridos y haber modificado nuestras vidas pudo provocar un sinfín de frustraciones.
¿Cuántas veces nos enojamos por la mala conexión del WiFi o por alguien tocando a nuestra puerta sin cesar en plena videollamada?
Pasar más tiempo en casa debido al distanciamiento social puede dejar a algunas personas particularmente irritables en determinadas situaciones.
Cualquier cantidad de molestias menores pueden desencadenar el enojo.
Para muchos estadounidenses, la pandemia de coronavirus trajo consigo una ola de emociones negativas.
Tales como miedo, estrés, ira y frustración ante estas circunstancias sin precedentes.
Los más y los menos enojados
Alcohol.org, un proveedor líder de recursos para el tratamiento de adicciones, realizó una encuesta a 3,003 estadounidenses para determinar los niveles de ira en todo el país en 2020.
Según la encuesta, los que están más enojados en el país viven en Delaware.
Ahí los residentes admiten haberse enojado 12 veces a la semana, lo que equivale a casi dos veces al día.
Los ciudadanos menos enojados han sido los que viven en Hawai, pues ahí la gente solo se irrita dos veces por semana.
Carolina del Norte, en el promedio
Los habitantes de Carolina del Norte encuestados admitieron enojarse 6 veces por semana, en línea con el promedio nacional.
Un aumento en los niveles de ira nos ha afectado a la mayoría de nosotros, y el 88 % admite sentirse más enojado desde el comienzo de la pandemia.
Y algunas de esas personas enojadas, el 68 % de hecho, han recurrido al alcohol como mecanismo de supervivencia.
“Desafortunadamente, esto puede agravar el problema”, dice el comunicado de Alcohol.org.
El 65 % de las personas que hicieron esto admitieron que tuvo el efecto contrario y solo empeoró las cosas.
La organización explica que, si bien la ira en sí misma puede ser una emoción saludable, usar alcohol o cualquier otra sustancia para tratar de calmarla puede alterar y profundizar los sentimientos de ira.
“Debido al efecto de las sustancias químicas en nuestro cerebro”, asegura.
Hay muchas formas de ayudar a controlar y manejar la ira, desde llevar un diario, hasta meditar, hacer ejercicio o hablar con un amigo, un ser querido o un profesional de confianza.
“2020 ha sido uno que todos quisiéramos olvidar, pero la buena noticia es que podemos esperar el próximo año con algunas herramientas positivas a nuestra disposición, y tal vez incluso degradar nuestra ira a simplemente malhumorados”, puntualiza.