Cuando varios miembros de una familia tienen diferentes situaciones y solicitudes migratorias, pueden surgir complicaciones importantes, especialmente si algunos de estos procesos otorgan protección contra la deportación y otros no. Esto puede poner en riesgo la unidad familiar y generar incertidumbre sobre el futuro de los involucrados.
Este es el caso de muchas familias venezolanas en Charlotte, que están compuestas por miembros con diferentes situaciones migratorias: algunos tienen solicitudes de asilo pendientes, otros cuentan con parole humanitario, y otros están amparados por el actual Estatus de Protección Temporal (TPS) para venezolanos que vence en pocos meses.
Un ejemplo de esto es el caso de María, nombre ficticio para proteger su identidad, cuyos familiares se vieron gravemente afectados por la decisión de la administración de Donald Trump de eliminar la prórroga del TPS. Mientras ella tiene una solicitud de asilo pendiente, su madre y su hermano, ambos beneficiarios del Estatus de Protección Temporal, ahora cuentan con un tiempo limitado para buscar otra forma de alivio migratorio.
“La idea de separarnos otra vez es terrible”
“Mi mamá llegó en marzo del 2021, justamente un poco antes de que aprobaran el TPS. Ella venía bastante a visitarme y decidió quedarse porque la situación en el país estaba cada vez peor. Ya tiene casi cuatro años aquí. Mi hermano se vino con parole humanitario y pidió TPS en el 2023… Ahora estamos preocupados y nos preguntamos: ‘¿Cómo nos vamos a regresar? Si ya estamos todos aquí’, la idea de separarnos otra vez es terrible”, contó a La Noticia.
Añadió: “En casa hemos estado bastante ansiosos. Porque yo estuve 8 años sin ver a mi hermano y el pensar que puede volver a pasar es como un sufrimiento emocional. Entonces uno trata de buscar soluciones, pero está allí la ansiedad y la esperanza en Dios, de que las cortes decidan algo diferente como cancelar esta decisión”.
Junto con esto, María lamentó que detrás de la eliminación del TPS pueda haber un trasfondo de xenofobia. Considera que esta no solo afecta a quienes buscan protección, sino que alimenta prejuicios y estigmatización hacia los latinos.
“Los venezolanos no todos somos el tren del agua. Hay muchos que queremos hacer las cosas bien y la gente nos está metiendo todos en la misma bolsa. Todos venimos huyendo de la dictadura y lo que queremos es trabajar y estar cerca de nuestras familias, al igual que muchos otros. Yo, desde que llegué, me he dedicado a ayudar a la comunidad latina en temas financieros a través de mi trabajo como oficial de préstamos hipotecarios. Nunca he pedido ayuda. Al igual que yo, mi hermano ha trabajado desde que llegó y esa es la realidad de muchos venezolanos que aportan a este país”, comentó.
¿Qué sucederá el día de la pérdida del TPS?
Este TPS tiene fechas de vencimiento distintas: el 7 de abril de 2025 para quienes llegaron después del 9 de marzo de 2021, y el 10 de septiembre de 2025 para aquellos que arribaron antes de esa fecha. Esto significa que en menos de dos meses el hermano de María quedaría sin este beneficio y, lo mismo ocurriría con su madre en 8 meses.
La Noticia consultó a la abogada de inmigración, Jamilah Espinosa, sobre qué ocurrirá el día siguiente a estos plazos. Aclaró que los venezolanos quedarían sin estatus legal en Estados Unidos y estarán expuestos a la postura de la administración de Trump en ese momento.
“Lamentablemente, lo que nosotros, como abogados, no sabemos, es qué va a hacer el gobierno con ellos. Si es que con los datos que ya tienen de ellos va a iniciar notificaciones de comparecencias para presentarse en cortes de inmigración, o si automáticamente los van a colocar en procedimientos de expulsión, es decir, deportación. Eso no se sabe”, dijo Espinosa.
Venezolanos temen perder el TPS y ser separados de sus familias
Aleida, una maestra de Charlotte, atraviesa una situación similar. Emigró con su esposo e hijos, y al llegar a Charlotte, comenzaron a buscar asesoría legal para iniciar una solicitud de asilo familiar, la cual aún está pendiente. Sin embargo, durante el proceso se divorció y quedó fuera de la solicitud, por no ser el solicitante principal.
Posteriormente, al anunciarse el TPS para venezolanos que llegaron antes del 9 de marzo de 2021, decidió acogerse a esta medida en lugar de solicitar asilo por separado u otra medida y ahora tiene menos de 8 meses para buscar otro alivio migratorio. Su esperanza está en un ajuste de ley para venezolanos o en que se determine una extensión del TPS.
“El TPS de 2021 no fue una iniciativa presidencial, sino una medida aprobada por el Congreso. Por lo tanto, espero que el presidente respete la ley y no emita decretos de manera arbitraria”, dijo a La Noticia.
Comenta que espera que el Gobierno se pronuncie antes de julio de este año, antes de tomar una decisión y comenzar un proceso de asilo, ya que regresar a Venezuela y dejar a sus hijos atrás no es una opción.
“Las condiciones en nuestro país están peor que como estaban en el tiempo que yo me vine en el 2018. Sabemos que hay gente a quien se las están llevando de su casa por ser de la oposición, las detienen y no tienen derecho a la defensa. Tengo muchos familiares cercanos que me cuentan cómo han detenido arbitrariamente a las personas por no profesar la ideología política del Gobierno”, dijo.
“Es triste escuchar a la secretaria de seguridad de este país decir que las condiciones en Venezuela han mejorado. Eso es mentira, es totalmente falso. En Venezuela siguen fallando la luz, los servicios principales de energía, los hospitales, la inseguridad continúa y la represión”, explicó.
“Temo regresar a un país donde ya no tengo familia”
Una tercera entrevistada, quien prefirió mantenerse en el anonimato, también habló sobre su situación familiar.
“Yo me vine con mis padres y mi hermana, tenía 17 cuando llegué y ahora tengo 24. A nosotros nos negaron el asilo, pero ese mismo año aprobaron el TPS para venezolanos y lo pedimos. El año pasado (2024) mi papá inició en su trabajo, le ofrecieron iniciar una petición laboral que lo protegería a él, a mi mamá y a mi hermana. A mí no por ser mayor 21 y legalmente soy ‘independiente’, ahora no sabemos qué solicitar. Actualmente, tengo a mi prometido y él tiene una solicitud de asilo pendiente, pero no sé si me puedo apegar a esta. Temo regresar a un país donde ya no tengo familia”, dijo.
Estos tres casos no son una situación aislada, sino que es el reflejo de la realidad que enfrentan muchas familias venezolanas, tanto en Charlotte como en otros lugares de Estados Unidos.
La complejidad de tener diferentes estatus migratorios dentro de una misma familia genera incertidumbre y obliga a los afectados a navegar por un sistema migratorio complicado y lleno de plazos y decisiones impredecibles.
Este artículo es parte de una serie de La Noticia. En ella se recopilan diversos testimonios sobre el impacto de la cancelación del TPS en las familias de Charlotte. Para conocer otras historias, visita el siguiente enlace.