En todo el mundo la gente está sufriendo los estragos del COVID-19 y en México con la implementación del semáforo rojo, la lucha libre vive momentos difíciles.
Cuando en marzo se decidió que cerraran las actividades no esenciales, esto incluyó al deporte espectáculo, la cual paró todas sus actividades en todo el país. Sin embargo, AAA realizó una serie de funciones a puerta cerrada y transmisión vía streaming, con protocolos fuertes de sanidad, pero una vez terminadas estas, dejó de trabajar.
Funciones de lucha libre a puerta cerrada por COVID-19
Varias empresas retomaron esta idea y comenzaron a realizar funciones sin público, pero transmitidas por internet, viviendo prácticamente de donaciones del público que daba dinero en transferencias bancarias o por YouTube. Esto sin el permiso de alguna autoridad, pues cualquier función estaba prohibida.
Sin embrago, solo la Arena Naucalpan fue señalada con una multa, que se tradujo con una llamada de atención.
Promotores y luchadores independientes siguieron con esta forma de trabajo pese a las críticas, pues los contagios entre los elementos era una posibilidad; pero los gladiadores decidieron optar por esto, ya que no cuentan apoyo de ninguna empresa y aunque el gobierno de la Ciudad de México dio un poco de dinero, en otras parte del país esto no sucedió. Por lo que el gremio luchístico quedó muy afectado.
Más adelante se autorizaron funciones en el Estado de México con el 30% de capacidad y en la capital del país permitieron eventos a puerta cerrada, por lo que el CMLL volvió a trabajar en septiembre para su función de 87 Aniversario. Por su parte AAA, más adelante realizó eventos llamados Auto Luchas y después pudo hacer Triplemanía XXVIII.
Se veía una luz al final del tunel para la lucha libre, pues las empresas independientes comenzaron a percibir de nuevo ingresos y muchos luchadores tuvieron el trabajo que los había orillado a funciones clandestinas, vender comida y realizar otras actividades.
Se vuelve a detener la lucha libre
Pese a que la maquinaria de la lucha libre ya se había echado a andar, el pasado 18 de diciembre se decretó nuevamente el semáforo rojo en el centro del país, por lo que todas las empresas y promotoras tuvieron que detenerse nuevamente.
Aunque se espera que el 10 de enero vuelva el semáforo naranja, bajen con contagios y la afluencia a hospitales, lo cierto es que nada indica que esto pueda pasar. Además, después de la primera reapertura de este deporte espectáculo, puede que no se permita que vuelvan a trabajar de esta forma por un tiempo.
Es así que la lucha libre vuelve a estar inmersa en una crisis por el COVID-19, de la que parecía empezaba a recuperarse, pero probablemente se vea acrecentada en las próximas semanas.