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Juan Torres Muñoz se mudó a Estados Unidos en marzo del 2018. El plan de sus padres, Jenny Muñoz y Juan Manuel Cares, era abandonar su zona de confort en Colombia, incluso dejar atrás sus profesiones, para que sus hijos pudieran tener mejores oportunidades. Y aunque al principio se sintió aislado por no saber inglés, hoy se hizo acreedor a una beca de $200,000 para estudiar en la Emory University en Atlanta, Georgia.

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“Me tocó esforzarme el doble”

Con apenas 13 años, un manejo básico del inglés y sin conocer a nadie, el joven comenzó sus estudios en la East Mecklenburg High School de Charlotte, en donde se enfrentaría a su primer reto.

Cuando me hablaban, yo no entendía y no me podía comunicar con otros, me daba pena hablar español y me dolía la cabeza por esto”, recuerda Juan.

La impotencia de no poder comunicarse adecuadamente con sus maestros y compañeros lo hizo sentir aislado, pero lejos de desanimarse, eso lo motivó a aprender más rápidamente el idioma. Tomó clases de inglés y se apoyó de sus compañeros.

Cuando pasé a clases avanzadas, en donde principalmente se hablaba inglés, me tocó esforzarme el doble para comunicarme con mis compañeros y este fue el mayor desafío: sentirme cómodo”, menciona.

La voz de los estudiantes latinos

Con el tiempo, Juan no solo aprendió inglés, sino que en el 2020 se convirtió en la voz de los estudiantes latinos, al convertirse en el representante estudiantil ante la Junta Escolar del Sistema de Charlotte-Mecklenburg (CMS).

Mis compañeros me eligieron para que yo pudiera mantener este contacto con la Junta Escolar y pudimos visibilizar la necesidad de que la comunidad tuviera más ayuda en su propio idioma, para que conocieran sobre lo que la escuela tenía para ofrecer”, comentó el joven a La Noticia.

La constancia de Juan fue clave para obtener la beca

Al llegar a su último año de secundaria, el joven aún continuaba obteniendo buenas calificaciones y el inglés dejó de ser un inconveniente para continuar alcanzando su sueño, el mismo que compartían sus padres: convertirse en un profesional en Estados Unidos.

En el 2021, la organización sin fines de lucro Carolina Youth Coalition (CYC) lo orientó y le ayudó en el arduo y complicado proceso de llenar una solicitud de beca. Específicamente, aplicó para el programa The Questbridge National College Match, el cual recibió alrededor de 17,900 solicitudes de estudiantes y seleccionó a 5,613 como finalistas.

Luego de revisar los requisitos de varias universidades, el equipo de CYC logró emparejarlo con la Emory University. Torres recuerda que no pudo aplicar a muchas universidades debido a que en ese momento no había recibido su tarjeta de residencia en Estados Unidos y no era considerado un residente en Carolina del Norte.

El no tener la residencia hizo que el proceso de completar mi aplicación fuera más complicado. Fue hace poco que finalmente obtuve la residencia. Sin embargo, creo que sin esta beca, no se me habría hecho nada fácil continuar estudiando porque los precios de las universidades son demasiado altos”, dijo Torres.

En diciembre del 2022, el joven se enteró de que era uno de los 1,755 estudiantes en ganar la beca y ser emparejado con una universidad.

Recuerdo que ese día estaba ansioso y tenía muchos nervios, porque no sabía a qué hora iba a llegar el mensaje o la beca. Cuando me llegó el mensaje, que eran como a las 2:00 p.m., esperé porque quería verlo con mi familia. Entonces a las 6:00 p.m. abrimos el correo y vimos la confirmación de que había ganado la beca y que había sido aceptado”, menciona con emoción.

Juan esperó a su familia por cuatro horas antes de abrir la carta con sus resultados para la Beca Questbridge (Foto: Juan Torres).

En Colombia eran profesionales, pero no había trabajo

Al recibir la carta de aceptación, Juan y su familia quedaron sorprendidos de que la beca costeará todos los gastos universitarios, de alimentación y viáticos. La asignación considera a los estudiantes que tienen buenas calificaciones con un GPA de 3.94.

Mis padres estuvieron muy emocionados y me dijeron que era un orgullo muy grande. Estaban felices de que habíamos logrado esto y de que yo pudiera salir adelante con mis proyectos de convertirme en profesional. Era el fruto del esfuerzo que como familia habíamos hecho, cuando se tomó la decisión de venir a Estados Unidos”, contó el estudiante.

Gracias al trabajo de sus padres, Juan tuvo una buena educación en Colombia y en Estados Unidos. “Recuerdo que mi mamá hacía un esfuerzo para poder pagarnos educación privada en Colombia, así fue como mi hermana y yo aprendimos un inglés básico”.

En Colombia su madre ejercía como profesora universitaria; sin embargo, debido a la escasez de empleos en el país cafetero, sus padres decidieron que el futuro profesional de sus hijos iba estaba por encima de sus propias carreras. Su padre se graduó como administrador de empresas en Chile y en Colombia tenía una ferretería.

La situación de trabajo es muy precaria en Colombia. No había oportunidad para profesionales como ellos y los trabajos que conseguían tienen muy baja paga. Acá tristemente ellos no han podido ejercer su carrera, pero me han enseñado que el estudio es la base de la formación de toda persona. Que es importante que uno estudie y aprenda a ser mejor”, expresó.

El estudio, el camino a un mejor futuro

Juan heredó su amor a la educación gracias al ejemplo de su familia. “La educación viene desde mis abuelos. Ellos fueron los primeros en sacar una carrera en la familia. Mi abuela estudió para ser maestra y eso fue lo que ella le enseñó a sus hijos: que sacaran sus carreras. Tengo un tío que es abogado en Colombia, mi mamá fue profesora y mi tía trabaja en un banco en Canadá. Incluso mis padres están aún estudiando acá. Están aprendiendo inglés poco a poco mientras trabajan”.

El adolescente espera poder graduarse en la carrera de Negocios Internacionales. Actualmente, cuenta con conocimientos en tres idiomas: el español, el inglés y está en clases de francés. Luego de graduarse, planea seguir estudiando y llegar a convertirse en abogado.

Esta es una oportunidad muy grande que se me dio a mí y estoy seguro de que muchos más latinos podrían ganar si supieran que existe. Por eso, mientras más latinos seamos los que apliquemos, más grande será la posibilidad de que los latinos demos a conocer que somos la comunidad que crece más rápido en número, en profesiones y que sale adelante cuándo están en situaciones difíciles”, concluyó.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.