Daniel Roca estaba cumpliendo su sueño de estudiar arquitectura en Italia cuando, con apenas 18 años, tuvo que recorrer un camino de obstáculos. Desde dejar atrás su natal Colombia por amenazas, hasta batallar con un diagnóstico devastador de cáncer cerebral. Sin embargo, aunque su lucha es dura, mantiene la esperanza. Gracias a esta actitud positiva, fue homenajeado por Atrium Health Levine Cancer y el Charlotte FC como capitán honorario del partido que se celebra este sábado 21 de septiembre por el Mes de la Herencia Hispana.
Su familia huyó del terrorismo, mientras él perseguía su sueño
Con solo 17 años, Daniel se mudó de Colombia a Italia para estudiar su primer año de Arquitectura. Sin embargo, en julio del 2021, pocos días antes de culminar el año escolar, sus padres y sus hermanos, quienes vivían en Bogotá, recibieron amenazas de un grupo terrorista y en 15 días tuvieron que dejar todo atrás.
“Ellos me contaron todo lo que estaba pasando y en ese momento me dieron dos opciones. Quedarme en Italia y visitarlos o venirme a Charlotte, como mi visa era de turista e iba a expirar en pocos años, decidí venirme y empezamos de cero en un país en donde no teníamos familia, ni amigos, ni nada… Ni la casa pudieron vender antes de venirse”, contó a La Noticia.
Daniel sabía que empezaría una nueva realidad en un país desconocido, con un idioma que apenas dominaba. Sin embargo, se esforzó en trabajar para ahorrar y continuar sus estudios. Asegura que los primeros meses fueron difíciles y agotadores. Tuvo varios trabajos, desde en un almacén, hasta en restaurantes y en construcción, en donde las bajas temperaturas fueron otra prueba.
“Nunca en mi vida estaba acostumbrado a trabajar bajo esas temperaturas y no sabía mucho de construcción, era más como ayudante de traer cosas pesadas y todo eso. Así estuve hasta febrero del 2022 y en primavera, con todo lo que ahorré, empecé a estudiar en el Central Piedmont Community College. Hice un semestre de primavera y el de verano”, añadió.
El diagnóstico devastador que dio un giro a su vida
Durante ese verano del 2022, justo cuando creía que su vida empezaba a tomar un rumbo fijo en la arquitectura, tuvo que enfrentar un nuevo golpe: un diagnóstico de cáncer cerebral. Esto fue luego de una serie de exámenes, que al principio creyó que solo se trataba de un problema en la vista.
“Yo había tenido problemas de visión desde hace muchos años y progresivamente iba perdiendo la vista. Cuando tenía 13 ya no veía muy bien, empezaba a tener problemas con los contrastes de los colores. En el 2021 ya no pasaba el test de daltonismo y ya de noche no podía ver algunas cosas… Me revisaron todo y pensaban que era glaucoma”, explicó.
“Después me remitieron al especialista en glaucoma. La doctora revisó todo y dijo: ‘esto no es un glaucoma. Yo conozco esta enfermedad y esto debe ser algo más grave que de pronto esté en el cerebro’. Eso fue un viernes, el sábado me hicieron la primera resonancia magnética y allí me encontraron el tumor cerebral”, continuó.
Según los médicos, el tumor recubre el nervio óptico de Daniel. Esto significa que es de crecimiento despacio, pero que de extraerlo por completo, él quedaría ciego. Así que en la cirugía, solo lograron reducir su tamaño.
“Lo que decían era que cada 10 años o cada 15 años me iban a tener que estar haciendo cirugías constantes. Me dijeron que ‘lo más probable es que tengas cáncer por el resto de tu vida’”, dijo.
Batalló entre la esperanza y el dolor, “me estaba volviendo loco”
Luego de varios meses, una doctora especialista llegó a la familia con nuevas noticias: tenía un tratamiento experimental para tratar tumores cerebrales en el nervio óptico. Esta incluía quimioterapias en forma de píldoras. Que, aunque lograron conversar su cabello (algo que alegró a Daniel), trajo duros efectos secundarios con los cuales luchó por casi un año.
“Cuando empecé fue durísimo. Eso me daba náuseas, dolores de cabeza, sangrados que me duraban 15 minutos, 10 minutos, fiebres altísimas… Y el tumor empezó a reducirse, estábamos muy felices con los resultados, pero en febrero de este año el tumor volvió a crecer. Tuve dos convulsiones, una semana completa de dolores, taquicardias, tuve un pre infarto, migrañas intensas y tan fuertes que, a pesar de que me mantenía positivo, hubo un momento en el que decía ‘Dios mío, ya no puedo más con esto, prefiero morirme a seguir con este dolor’. Me estaba volviendo loco”, describió.
“La arquitectura ha sido como mi terapia”
En medio de la adversidad, Daniel recuerda que encontró algo de alivio y refugio en una de sus pasiones: la arquitectura. Una carrera que nunca dejó atrás, pero que mantuvo en pausa por unos meses. Actualmente, Daniel se encuentra en su segundo año profesional y mantiene un promedio de 4.0.
“Me acuerdo de que el día que estaba enviando esa aplicación, miré a mi papá y mi mamá me dijo ‘confía’… Cuando recibí la carta de aceptación, eso fue un motor y por eso todos los días agradezco a Dios, por mis padres que estuvieron allí y mi hermano, que estuvo todas esas noches a mi lado en el hospital y que ahora es quien conduce para mí y me lleva a todas partes”, agradeció.
Sobre su vocación a esta carrera, dijo:
“La arquitectura ha sido como mi terapia, me mantiene ocupado y enfocado en mis sueños y mis metas, en vez de en mis limitaciones y circunstancias. Me encanta la arquitectura y siempre he dicho qué bonito es poder diseñar espacios para el ser humano. Creo que siempre y mientras haya vida, hay esperanza”.
En las últimas semanas, su tratamiento dio un giro positivo. Su tumor disminuyó significativamente, casi volviéndose imperceptible.
Atrium Health y Charlotte FC le rinden homenaje
“Fue hace tres semanas. En esa última cita, le dimos las gracias a Dios, porque ha sido un milagro de verdad poder encontrar en la vida a esta doctora, porque si no fuera por ella, realmente yo tendría una cirugía cada diez años o probablemente estaría ciego”, comentó.
Hoy, Daniel no solo es un sobreviviente, sino un testimonio de esperanza. Por esa razón, durante los primeros días de septiembre fue contactado por su enfermera navegadora del equipo de Atrium Health Levine Cancer y de Charlotte FC para ser homenajeado como capitán honorario del partido que será este sábado 21 de septiembre en el estadio de Bank of America y que celebra el Mes de la Herencia Hispana.
“Me sentí muy honrado. Siento que es un privilegio y es una oportunidad muy grande para poder llevar un mensaje a las personas que también están atravesando esto”, comentó
Su sueño es trabajar con las Naciones Unidas, utilizando su experiencia y su pasión por ayudar a otros. Daniel habla cuatro idiomas fluidos, participa en actividades como clases de zumba con el grupo Renacer y es fanático de los deportes extremos, una afición que continúa a pesar de los tratamientos.
“No quiero vivir con miedo y no quiero quedarme con nada. Me enfoco en lo que me gusta y esa es mi recomendación a quienes pasen por lo mismo, que hagan cualquier cosa que les guste y que hagan de eso su refugio, porque es lo que los va a mantener firmes en los días difíciles”, cerró.