Los menores no acompañados que llegan a la frontera de Estados Unidos a menudo enfrentan traumas y extrema vulnerabilidad, debido a la violencia y la falta de recursos en sus países de origen, así como la peligrosa travesía para cruzar diversas fronteras. Por ello, son atendidos por organizaciones como Bethany Christian Services of North Carolina, que mediante familias de acogida, les proporcionan un entorno seguro y temporal mientras se investiga su situación familiar y se trabaja en su reunificación.
Sin embargo, debido al aumento de casos y la limitada capacidad de hogares de acogida (foster homes), el programa en Charlotte enfrenta una urgente necesidad de más familias dispuestas a ofrecer cuidados temporales a estos niños. A través de este artículo, el primero de una serie dedicada a explorar la situación de estos menores, explicamos cómo puedes ayudar.
¿Qué es un menor no acompañado?
Un menor no acompañado es un niño que llega a la frontera sin la compañía de su madre o padre biológico, ni de un cuidador legal. Aunque los menores de edad no son separados de sus padres en la frontera, (salvo que se descubran señales de advertencia, como abuso o maltrato hacia el menor), aquellos que llegan con familiares como abuelos, tíos o primos o con desconocidos son considerados no acompañados.
En estos casos, luego de ser procesados por autoridades migratorias, los niños y adolescentes pasan a custodia gubernamental y son asistidos por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) en las siguientes 24 horas. Esta entidad se coordina con organizaciones como Bethany Christian Services of North Carolina para ofrecerles apoyo.
¿Cómo Bethany apoya a estos jóvenes?
El protocolo para ofrecer ayuda a estos menores comienza con la organización recopilando información sobre el caso, como el país de origen, género y edad del niño. Luego, se conectan a los menores con familias de acogida que puedan proporcionar un ambiente seguro y estable. Mientras tanto, se trabaja en facilitar su integración al país y en la reunificación con su familia.
“Nuestra misión es servir a los niños, proporcionarles un lugar seguro. Y en el tiempo en que trabajamos con ellos, tratarlos con respeto, dignidad, empoderarlos y, con suerte, también conectarlos con recursos para los siguientes pasos”, dijo Kimberly Ford, directora del programa Bethany Christian Services of North Carolina a La Noticia.
Durante este tiempo los niños, además de vivir con la familia temporal, asisten a un programa educativo adaptado a su nivel de conocimientos. Este está combinado con clases de inglés, manualidades, deporte, excursiones, clases de cocina, visitas de autoridades como bomberos y policías para jugar con los niños.
“La idea es enseñarle a los niños que tienen derechos y no tienen que tenerle miedo a ellos”, comentó Ford.
Otros servicios que ofrecen incluyen:
- Terapias psicológicas
- Consejería individual, grupal y familiar
- Atención médica general
- Vacunación
- Exámenes de laboratorio
- Ropa adecuada para los niños
- Visitas de familiares
“A través de la educación psicosocial, de juegos de roles, preparamos a los niños y los empoderamos al hacerles saber cómo es la situación aquí y ayudarles a entender que aquí las cosas son diferentes, que tiene recursos, que tienen derechos e incluso, cuentan con un proveedor de servicios legales asignado”, añadió Kim.
Bethany ha reunificado a casi 500 menores no acompañados
Desde niños que presentan indicios de orfandad, víctimas de contrabandistas de migrantes, adolescentes cuyos padres pagaron a un “guía” para dejarlos en las fronteras o que ingresaron con familiares no directos, hasta aquellos que atraviesan situaciones de abuso o negligencia. En todos estos casos, el programa ofrece un ambiente seguro y apoyo integral mientras se resuelve su situación migratoria y se trabaja en su reunificación familiar para un entorno seguro.
Actualmente, Bethany Christian Services of North Carolina cuenta con 32 familias que han servido como refugio temporal para más de 466 menores, que han sido reunificados en los últimos tres años.
Pese a este importante logro, enfrentan un desafío constante: la capacidad de los hogares y las camas disponibles están limitadas. Aunque algunas semanas logran reunificar a más de 20 o 30 niños, los días siguientes la demanda vuelve a superar rápidamente la oferta. Por eso, se encuentran en la búsqueda de más familias temporales.
“En este momento necesitamos conseguir más familias. Esto es algo que toma tiempo, porque ellos tienen que hacer mucho entrenamiento y sabemos que no siempre van a estar disponibles para cuidar a los niños, por temas de trabajo, de viajes, de sus programaciones. Pero realmente esto nos ayudaría para poder tener un mayor impacto y ofrecer más ayuda a esas familias”, dijo Wandy Loyola, coordinadora interna del programa.
¿Cómo ayudar a un niño migrante no acompañado en Charlotte?
- Conviértete en una familia de acogida
Las familias pueden ofrecer cuidados de acogida a niños inmigrantes a corto y largo plazo y cuidar a pequeños desde recién nacidos hasta 17 años. Sin embargo, es más común que sean niños entre los 9 y 12 años de edad.
Su rol como padres de acogida sería proporcionar un ambiente seguro y un hogar amoroso para un niño o adolescente durante esta transición en su vida. Además, brindarle transporte hacia y desde la escuela (en la sede de Bethany Christian Services of North Carolina), apoyo emocional y cubrir las necesidades que requiera el niño.
Para más información sobre cómo convertirse en una familia de acogida, pueden ponerse en contacto con Bethany Christian Services of North Carolina llamando al 800-238-4269 o en el siguiente enlace.
- Atención médica
Otra de las necesidades de estos menores no acompañados es de proveedores médicos, como pediatras, que puedan evaluar su salud. Algunos de estos niños llegan en condiciones de vulnerabilidad o con problemas médicos no tratados debido a los problemas en su país. Tener acceso a una atención médica adecuada podría salvarles la vida y asegurar su bienestar.
- Corra la voz
Para que otras familias o profesionales de salud se sumen a esta causa y ofrezcan su ayuda, ya sea de manera voluntaria o a través de programas de apoyo, contribuyendo así al bienestar integral de estos menores no acompañados.